De acuerdo con el experto en bioluminiscencia, Michael Latz, del Instituto de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, el fenómeno que se está registrando a lo largo de la costa del pacífico, se debe a la presencia de un microorganismo denominado Lingulodinium polyedra.

El fenómeno se registró por última vez en las costas de Tijuana y Playas de Rosarito en mayo de 2018, y desde entonces no se tenía registro de este espectáculo natural en las playas de la ciudad.

Estos mismos organismos son los que ocasionan la marea roja, la cual también se está presentando durante el día en las costas de California y Tijuana, durante el día los organismos se concentran en la superficie y al contar con mecanismos para protegerse de los rayos del sol producen un color marrón rojizo.

Indicó que cuando el fitoplancton se agita con el rompimiento de las olas y otros movimientos de las corrientes marinas, emite una luz de color azul, y no se sabe cuánto durará la presencia de estos organismos. En años anteriores han permanecido apenas una semana y en otras ocasiones hasta más de un mes.

Cabe señalar que, a pesar del cierre precautorio en las playas de la ciudad, varias personas han acudido a ser testigos del fenómeno, sin embargo elementos de la Policía Municipal mantienen patrullajes a lo largo del malecón con el fin de evitar la concentración de personas.

Incluso han reconvenido a varios asistentes indicándoles mediante altavoces, que se deben retirar de la playa, ya que el cierre fue precisamente para evitar la aglomeración de personas, como medida para evitar más contagios de COVID-19.

La escasa actividad en las playas debido al confinamiento ha provocado la proliferación de organismos bioluminiscentes que habitan en el mar.

La disminución de actividades humanas debido al confinamiento ha propiciado que la naturaleza se recupere y se exprese en fenómenos como la bioluminiscencia, que en las últimas semanas se ha observado en las costas mexicanas, afirmó David Uriel Hernández Becerril, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM, a través de un comunicado.

“No hay registro sobre la periodicidad o lugares donde ocurre la bioluminiscencia, pero la mínima presencia de actividad humana o ausencia de esta ha hecho posible que se disperse a zonas donde antes se veía poco, como varias costas de México”, dijo.

Con Información de Notimex.

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