No es motivo de vergüenza. Casi todos los hombres y mujeres de negocios más admirados en el mundo son fracasados seriales que supieron aprender de sus errores.     El término “fracasado serial” se refiere a aquel que ha fallado en varios negocios y lo sigue intentando. Irónicamente, la primera vez que escuché ese término, lo dijo alguien muy inteligente y exitoso. Fede Casas, director de Intangible, se presentó como un “fracasado serial y fuckupreneur” antes de contar su fracaso en una FuckUp Night. Esa noche, Fede no nos contó una historia, sino varias. En la pantalla se mostraban sus proyectos y en el área inferior derecha se iban sumando las cantidades perdidas. Los proyectos iban desde la pérdida de140,000 pesos en un portal de Internet a 370,000 en una app. Cada fracaso tenía una causa y un aprendizaje: crisis financiera, incompatibilidad de valores, falta de tiempo y burocracia empresarial. Fede Casas dice que quizá se aprende más al hacer y deshacer un puñado de empresas, que en un MBA. “No sé cuánto cueste una maestría, pero espero que 3 millones de pesos me hayan dado suficiente know how, información y experiencias para poder convertirlos en 3 millones de dólares”, dijo esa noche. La buena noticia es que tras cada fracaso empresarial se incrementan las probabilidades de éxito del fundador del negocio. Paul Gompers, Anna Kovner, Josh Lerner y David Scharfstein, de Harvard Business School, realizaron una investigación para averiguar si los emprendedores que habían tenido un fracaso, incrementaban sus probabilidades de éxito en futuros intentos de arrancar un negocio. Las conclusiones fueron: El primer intento es el más riesgoso. Los emprendedores que están aventurándose por primera vez a poner un negocio tienen sólo 18% de probabilidades de éxito. En el segundo incrementan un poco las oportunidades de éxito. Los emprendedores que fracasaron su primer negocio y están intentando el segundo tienen 20% de probabilidades de éxito. Echando a perder se aprende. Aquellos emprendedores que ya fueron exitosos en un negocio tienen 30% de probabilidades de ser exitosos en el siguiente.   El juego de la culpa Sin embargo, aprender del fracaso no es tan fácil como suena. Es un proceso más complejo que simplemente invitar a la gente a reflexionar sobre lo que hicieron mal y exhortarlos a evitar errores similares en el futuro. Por lo general, en lugar de ir al fondo de lo que causó la muerte de una empresa tendemos a buscar explicaciones superficiales; por ejemplo, “los procedimientos no fueron seguidos” o “el mercado no estaba preparado para nuestro nuevo gran producto”. En otras palabras, nos cuesta trabajo aprender del fracaso porque es muy fácil dejarse llevar por el juego de la culpa. El fracaso y culpa son prácticamente inseparables en la mayoría de los hogares, organizaciones y culturas. Cuando somos niños, aprendemos que admitir el fracaso significa tomar la culpa y recibir un castigo. Por eso, cuando somos adultos y las cosas salen mal, en lugar de buscar la causa de fondo, buscamos al culpable. Casi todos los hombres y mujeres de negocios más admirados en el mundo son fracasados seriales que supieron aprender de sus errores. Por eso, cuando tenemos la sesión de trabajo previo con quienes cuentan su fracaso en una FuckUp Night les pedimos que eviten culpar a alguien más por su fracaso y vayan al fondo del problema. Es decir, ser fracasado serial no es motivo de vergüenza, así que si quieren conocer a algunos fracasados seriales pueden visitar nuestro canal en YouTube o visitarnos en la próxima FuckUp Night de su ciudad.     Contacto: Twitter: @FuckupNight Twitter: @letigasca Facebook: FuckUp Nights Página web: Fuckup     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.