Con más de 50 años de vida, la Fundación Botín invierte poco más de un millón de dólares al año en la región para detectar a jóvenes universitarios interesados en modificar el statu quo de sus sociedades.   El programa para el fortalecimiento de la Función Pública en América Latina (Fupal) nació en octubre de 2010 como una iniciativa de la Fundación Botín para crear una red de servidores públicos con alta capacitación y verdadero compromiso por el interés social. La Fundación Botín inició su quehacer en el desarrollo integral de la sociedad en 1964, bajo la batuta de Marcelino Botín de Sautuola. Actualmente, la fundación trabaja en toda España y a partir del año 2010 comenzó a poner en marcha los programas en América Latina. El objetivo del Fupal es contribuir al desarrollo de la sociedad y primordialmente en la localización de talento creativo y apostar por aquel que genere riqueza cultural, social y económica. La capacitación se lleva acabo en el Brown University de Estados Unidos; la Univeraidad de Cantabria; el Instituto Iberoamericano de la Universidad de Salamanca y la Fundación Getulio Vargas. Desde 2010 han pasado por el programa 400 jovenes provenientes de El Salvador, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y México entre otros. La Fundación también opera en España y al año destina poco más de 26 millones de dólares (mdd) para su programa y para formar la red de servidores públicos, en la que participan 87% de los jóvenes que ya han sido capacitados. El programa ha logrado involucrar a 400 universidades de 18 países en donde está presente, y tiene tiene contacto con 1,800 instituciones de educación superior más, con quienes está buscando canales de interacción. En México, el programa está presente en 64 universidades y hasta ahora han sido beneficiados cinco grupos de jóvenes becados. Se realiza un programa por año y las universidades participantes tienen el compromiso con los estudiantes, quienes se enfrentan a dar soluciones reales y tangibles a los problemas comunes de índole social, ecomómica y política. Forbes platicó con Íñigo Sáenz, director general de la Fundación Botín, quien nos explica cómo funciona el Programa para el fortalecimiento de la Función Pública en América Latina. grafico_fundacion_talento ¿En qué consiste el trabajo que realiza la Fundación Botín? La fundación Botín está en constante innovación, se concentra en explorar y encontrar talento creativo en universidades latinoamericanas, capaz de generar desarrollo y generar riqueza. Se concentra en tres áreas importantes: educación, ciencia y tecnología y servicio público. Por otro lado, tenemos un sistema educativo que hace énfasis en el arte y la cultura. En México, se enfoca específicamente en la introducción del desarrollo emocional y social a través del sistema educativo.   ¿Cuál es el beneficio de integrar a los universitarios al servicio público? Al final, en buena medida el desarrollo económico de las sociedades y la fuerza de generación de desarrollo está en nosotros, en la sociedades, en las empresas, en los particulares. Para que se reproduzca desarrollo social y económico y bien repartido en una sociedad tienen que funcionar bien las instituciones.   ¿Quién hace el primer acercamiento entre la fundación y los aspirantes? Nosotros enviamos una carta a todos los rectores de las universidades de América Latina, les pedimos que pongan en marcha el proceso. Sabemos que hay universidades que ponen mayor énfasis en el procedimiento, otras prefieren dejarlo a consideración de los alumnos y hay otras instituciones en las que los decanos piden que busquen a los aspirantes.   ¿Cómo se lleva a cabo la selección del talento? Las mismas universidades llevan a cabo la selección previamente a nosotros, estamos hablando de 700 candidatos cuando llegan a la Fundación Botín, de los cuales se eligen únicamente 40 candidatos que participarán en el programa que dé la Universidad de Brown, junto con la fundación Getulio Vargas.   ¿Qué toma en cuenta la fundación de los candidatos que se postulan al programa? Queremos que los candidatos tengan unos magníficos resultados académicos, pero además también queremos que nos demuestren el compromiso que tienen con su entorno y que sea real. Para eso, les pedimos nos cuenten las experiencias que han tenido en lo social y cuál es su compromiso con el entorno. Por otro lado, nos gusta descubrir cuáles son sus posibles habilidades personales y sociales a través de actividades deportivas o artísticas. Por último, y más importante, es la entrevista que les realizamos por medio de un video, donde nos exponen qué realmente han entendido del programa.   ¿En qué consiste el programa? Es un programa con una duración de ocho semanas y los seleccionados sólo podrán inscribirse en una ocasión. La primera semana los jóvenes elegidos toman cátedra en la Universidad de Brown. Durante la estancia se tocan ejes de derecho, ética, sociedad civil y el marco institucional de los países que a los participantes les parezcan más atractivos. Debo destacar que los temas impartidos no se parecen en nada a los que se ven en las universidades. Durante la estancia en España existen profesores prestigiados de universidades de Madrid, diputados, representantes de la cámara, quienes se encargan de los temas de servicio público y guían al estudiante a que elija en qué rama del servicio público se quiere especializar. La intención del programa es poner en límite a los integrantes y sacar lo mejor de ellos; además, todos cuentan con un coach personal.   ¿En qué etapa se encuentran los jóvenes que ya participaron en el programa en Latinoamérica? El 60% de los que volvieron del programa hace cuatro años ya está desempeñándose en el sector público, a otros no les hacemos una evaluación postprograma cada cierto tiempo, más bien les hacemos un seguimiento y los enriquecemos en pequeñas cantidades. Ha habido una novedad, que es exigirles cuando presentan la candidatura que se comprometan a hacer una estadía profesional en un servicio público, esto es nuevo y la universidad a la que pertenecen es la que tiene que gestionar este compromiso. Para Fundación Botín es importante aclarar que las fundaciones no son parte del sector público; sin embargo, la transparencia es trascendental tanto en el ámbito público como privado. Es primordial que las fundaciones cuantifiquen sus logros; demuestren que por cada euro que se invierta en educación hay una mejora sustantiva. Asimismo, transparentar a las fundaciones y crear indicadores para demostrar el trabajo que se ha realizado, acciones que van desde el número de publicaciones en el caso de la parte que se encarga de la ciencia hasta la satisfacción que tiene el personal docente que imparte los cursos.

 

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