Por: Héctor Nakasone* La industria de petróleo y gas está sufriendo una de sus peores crisis en términos de precios, rentabilidad e inversión. La oferta de producción excede los volúmenes de demanda y el medio ambiente nos exige un cambio en las fuentes de energía. Frente a estas circunstancias, dicha industria se tiene que renovar a través de tecnologías que le permitan ser más eficaz y más eficiente, así como buscar la reducción de costos y el aumento de productividad. En las primeras generaciones de sistemas digitales de los campos petroleros (Digital Oil Field Systems), que se comenzaron a utilizar en la década de los 70, las empresas realizaron inversiones millonarias para la implantación de SCADAs (Supervisory Control and Data Acquisition) con medidores, sensores actuadores y sistemas que desde un cuarto de control permitían monitorear los parámetros de operación principales. Los sistemas tenían la capacidad de generar alertas en caso de eventos no programados en la operación y en algunos casos también actuar con operaciones unitarias como el cierre de pozos. Sin embargo, el crecimiento de estos sistemas de control fue dispar, con tecnologías diferentes que demandaban un esfuerzo muy grande para su integración. Hoy en día, la nueva generación de sistemas digitales para campos petroleros ofrece un panorama distinto. Conocida como CPO por sus siglas en inglés (Connected Production Operation), esta tecnología incorpora:
  • La utilización de la capacidad de procesamiento e integración de los datos en la nube (on-cloud).
  • Internet-of-things (IoT): los pozos, la red de recolección, plantas de procesos y almacenaje y los ductos como los objetos “consumidores”. Estos objetos son los que recibirán la atención de servicios especializados como intervención en su sistema de producción o ingeniería de pozos, mantenimiento preventivo y reaprovisionamiento de insumos, entre otros
  • Análisis predictivo en la que los pozos e instalaciones analizan patrones de comportamiento histórico para obtener modelos complejos de análisis predictivo. De esta manera se generan avisos preventivos de fallas para evitar paros no programados y reducir tiempos fuera de operación.
  • Dispositivos móviles, que permiten a los operadores tener información en tiempo real de los datos en toda la red de producción y distribución, ya sea para la intervención in-situ o la reapertura de la producción. También cuentan con la orden de trabajo y los procedimientos de seguridad y operación en la palma de sus manos, así como la capacidad de reportar en tiempo real las actividades que se han ejecutado y el tiempo incurrido.
Con base a la experiencia de Accenture en la implementación de estos sistemas, se logra una reducción del tiempo por paros no programados mayor a 20%, lo que a su vez genera un incremento en la producción de entre 3% y 5%, así como la posibilidad de reducir la producción diferida. Estas herramientas también posibilitan el aplicar una filosofía de gestión por excepción, con lo que se pueden generar las rutas dinámicas de inspección de las instalaciones remotas y obtener beneficios de seguridad en procesos, reducción de kilómetros recorridos por las cuadrillas y optimización de los recursos expertos de operación de campos. En el futuro, con la rápida evolución tecnológica que estamos experimentando, se prevé un uso más intensivo de tecnologías de inteligencia artificial con una capacidad de aprendizaje y detección de patrones de comportamiento de los yacimientos. En el panorama también está el uso de la robótica para la ejecución de actividades rutinarias o de alto grado de peligrosidad, el uso de drones para la supervisión remota y también de tecnología móvil, así como lentes de realidad virtual y realidad aumentada para la capacitación en intervenciones de seguridad y mantenimiento de instalaciones. El principal desafío que enfrentan las empresas del sector de producción de petróleo es la priorización de sus inversiones en la dimensión de transformación digital. Como regla general, para iniciar este camino se recomienda identificar los casos de uso y la elaboración de casos de negocio como buena práctica de todo proyecto. Con una adecuada selección y priorización de las iniciativas, la obtención de beneficios es muy rápida y con retornos de inversión entre uno y dos años. Héctor Nakasone, Ingeniero Industrial por la Pontificia Universidad Católica del Perú, es Senior Manager en la Industria de Recursos Naturales para Accenture México.   Contacto: Twitter: @Accenture_MX Facebook: Accenture en México Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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