La cumbre del G-20 en la provincia costera turca de Antalya ha estado dominada por los ataques del viernes en París.   Reuters Líderes mundiales prometieron endurecer los controles fronterizos, compartir más inteligencia y cortar el financiamiento a terroristas durante una cumbre en Turquía el lunes, pero hubo pocas señales de un gran cambio de estrategia contra Estado Islámico en Siria. La cumbre del G-20 en la provincia costera turca de Antalya ha estado dominada por los ataques del viernes en París, que dejaron 129 muertos y remarcaron la amenaza que presenta el grupo radical yihadista más allá de sus bastiones en Siria e Irak. La cumbre de dos días reúne a líderes mundiales entre los que figura el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, a sólo 500 kilómetros de Siria, cuyo conflicto ha transformado a Estado Islámico en una amenaza a la seguridad global y ha dado pie a la mayor crisis migratoria en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. “Los horribles ataques del viernes por la noche en París, tan pronto después del desastre del avión ruso y tras los atentados con bomba en Ankara y los ataques en Túnez y el Líbano, remarcan la amenaza que enfrentamos todos”, dijo en una conferencia de prensa el primer ministro británico, David Cameron. “Hemos acordado tomar más medidas importantes para recortar el financiamiento del que dependen los terroristas, para contrarrestar la ideología extremista de la propaganda terrorista y protegernos mejor de la amenaza de combatientes extranjeros compartiendo inteligencia e impidiendo que viajen”, agregó. Cazas franceses atacaron objetivos de Estado Islámico, también conocido como Daesh, en Siria el domingo. El ministro galo de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, lo describió como un acto de autodefensa tras los ataques en París. Obama prometió el domingo que aumentará los esfuerzos para eliminar a Estado Islámico e impedir más ataques como el ocurrido en la capital francesa e instó a Putin en una reunión informal a enfocar su campaña militar en Siria en el combate al grupo yihadista. Los esfuerzos liderados por Estados Unidos para combatir a Estado Islámico se vieron complicados cuando Rusia se unió al conflicto hace un mes y medio, atacando a lo que, según Occidente, son principalmente combatientes respaldados por el extranjero que luchan contra el presidente Bashar al-Assad, un aliado de Moscú, en vez de a Estado Islámico. “Acordamos que el desafío no puede abordarse sólo militarmente, sino más bien con medidas múltiples”, comentó la canciller alemana, Angela Merkel, que agregó que eso involucra la cooperación de servicios de inteligencia y la vigilancia de las comunicaciones online. Los líderes en la cumbre también afirmaron que el terrorismo no debe ser asociado con ninguna religión, nacionalidad o grupo étnico, según un borrador.

 

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