Por: Salvador Guerrero Chiprés*

Una diversidad de foros en zoom nos ha demostrado la utilidad de las plataformas virtuales y, destacadamente, en estas semanas en que la construcción de la nueva normalidad lo es de una nueva certidumbre.

En ella están incluidos todos los actores previos a la pandemia y todos los que quieran agregarse. Destacadamente es así en el caso del sector empresarial y muchos organismos de la sociedad civil.

Es el caso del G9. Así se denomina a un sistema de coordinación en el cual los intereses, la agenda, los proyectos y las propuestas de diversos organismos empresariales se expresan, dialogan y, eventualmente, se hacen llegar a las autoridades de los gobiernos de la CDMX o del Estado de México.

A invitación del secretario de Economía, Fadlala Akabani, encargado por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, de la coordinación empresarial, participé de esos foros este lunes. No omito señalar que en diversos segmentos empresariales aún no es completamente predominante la idea de que el mejor camino es la coordinación crítica y participativa y no la crítica adversarial. 

Afortunadamente, las voces que apuestan por la coordinación, sin rendir los puntos de vista propios e incluso duras posturas de naturaleza ideológica -de aquellas que han sido denominada derechas vs izquierdas- han avanzado crecientemente en su apuesta por reencontrar claves de reanimación económica a partir de junio.

Una preocupación básica empresarial, ciudadana y de gobierno es que las dificultades sanitarias, económicas y de seguridad no se combinen en una espiral que sujete a diversos segmentos de la cadena productiva y de agregación de valor a una convergencia de crisis combinadas en tornado incontrolable. 

Las señales de que eso no ocurrirá se acrecientan como lo hacen las probabilidades de coordinación.

Otras señales se derivan, en mi opinión, de la cautela y asertividad del gobierno, por ejemplo, de la capital nacional.

En la Ciudad de México se pueden mencionar elementos críticos como los 150 mil empleos perdidos entre enero y abril, cifra que quizá se superará al consolidarse las estadísticas de mayo. Eso formaría, me decía un dirigente del G9, una variable peligrosa: ¿que harán los más jóvenes y los desempleados?

Sheinbaum anticipó un profundo énfasis de política social que ha profundizado en la emergencia sanitaria, combinado con el diálogo con el sector privado y la dinamización de su política de austeridad y seguimiento diario y minucioso del gobierno de la capital.

La determinación de ajustar a la burocracia en CDMX y reducir el 50 por ciento del gasto corriente del gobierno expone la afinación de metas, el análisis de escenarios y las posibilidades en medio de la emergencia. 

Su objetivo principal es claro: que el gobierno no vuelva a ser un lastre para la sociedad y retribuya con la reducción de gasto innecesario a favor de proyectos y resultados. En esos proyectos, es de reconocer, si hemos de juzgar la participación del G9 y otros actores colectivos, está incluido el sector privado.

Que se mantenga así.

* Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México

Contacto:

@guerrerochipres

www.consejociudadanomx.org

Twitter: @elconsejomx

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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