Vivir de escribir es una misión difícil en México. Gabriel Rodríguez, mexicano, de 33 años, tiene dos novelas publicadas y dos premios nacionales de literatura, sin embargo, tiene un modelo ‘peculiar’ de mantenerse productivo y  conseguir recursos. Considera que en el país hace falta una nueva generación de escritoras que estén dispuestas a asumir las complicaciones de hacer literatura.       La literatura de Gabriel Rodríguez te va a noquear, sus cuentos, sus novelas, toda su obra tiene un toque ácido, es la realidad de todos los días que se presenta transparente en páginas, la cotidianidad duele, reflejarse duele. Conversar con este autor es como abrir uno de sus libros, la plática puede pasar de las complicaciones de vivir de escribir en México a la búsqueda del origen que predomina en sus textos y su opinión sobre el siglo XXI, que considera es El siglo de las mujeres, justo así se titula su última novela. “Estoy nombrando algo que todavía no acontece, estoy nombrando castillos de aire pero sé que éste será un siglo contundente. Lo que quise expresar es que viene un cambio de pensamiento femenino, ya hay mujeres tomando decisiones en el mundo, a mí me gustaría que hubiera una generación importantísima de mujeres escritoras, poetas, urge, lo hubo, con Rosario Castellanos, por ejemplo. Hacen falta mujeres mexicanas escribiendo literatura altísima como la que escribía Elena Garro, urge que quieran dejar de ganar quincenas y se pongan a escribir.” En El siglo de las mujeres, Alma y Dinorah emprenden viajes en búsqueda de la figura paterna. Antes, en Balas en los ojos, Genaro debe lidiar con la ausencia de su madre. La tercera novela de Gabriel podría hablar de la ausencia de dios, sin embargo escribir y vivir de ello es una misión difícil aún para alguien con sus credenciales. “En este país no se puede vivir de escribir, vives para escribir, soy parte de un quizá 1% de escritores que publica, he ganado premios, acaba de salir un libro nuevo, me mantengo productivo, pero no puedo vivir de eso. Alguien con estas características en Estados Unidos puede pensar en una casa de huéspedes para remitirse a escribir el fin de semana y yo aquí debo buscar un empleo. Trabajo cuatro meses, renuncio, dejo de trabajar tres, vivo con lo que ahorré y me dedico a escribir, es una forma de trabajo singular y ha funcionado, pero cada vez funciona menos, todo ha subido de precio, a eso se suman los problemas propios de la escritura, a veces puedo estar dos semanas sin escribir una línea”, afirma.   Adiós a los lectores, hola a las películas Para Gabriel Rodríguez, la literatura mexicana que existe es una de las más completas en el mundo, considera  hay obras que son monumentos impresionantes, aunque tristemente poco leídos. “Octavio Paz, Alfonso Reyes, son impresionantes. La mejor novela mexicana en los últimos 30 años es Noticias del imperioLlueve lluvia, de Ángel Trejo, es el cortejo fúnebre de una familia de barrio, un vagabundo se echa a correr tras el terremoto de 1985 y muere.” Gabriel explica que la industria editorial enfrenta un riesgo fuerte: se quiere imitar el formato literario de Estados Unidos, generar best sellers. La mesa de novedades son las películas que verás en cartelera el próximo año. “Ahora muchos escriben sobre narco, hay buena literatura sobre eso, pero ya es como los vampiros, me parece que son modas, pareciera ser que se privilegia publicar y no hacer literatura.”   Promover la literatura ‘Niños tristes’ es una serie de cuentos editada por Tierra Adentro, confeccionar esta versión tomó entre cinco y ocho años, Gabriel afirma que escribir cuentos implica un respeto estricto a las leyes literarias que aplican al género. “A veces uno cree que está haciendo cuento, pero está haciendo relato, o viñetas, o nada. Desde ese punto de vista la novela puede resultar menos compleja, porque no está sujeta a las leyes que rigen al cuento.” Gabriel tiene una columna en la revista Crítica titulada ‘Días sin días sin encontrarme a nadie leyendo literatura en la calle’, en septiembre de 2013 alcanzó el título “391 días sin encontrarme a nadie leyendo literatura en la calle”. Para que exista más y mejor literatura el autor considera que las editoriales deben proteger más a sus escritores y que los concursos gubernamentales deben estar bien enfocados. “Los concursos juveniles no deberían admitir personas de treinta y tantos, si premias a un chico o chica de 20 que escribe bien tiene más posibilidades de desarrollarse”, señala. Desde 2013, Gabriel imparte un taller literario los lunes en el Café La Habana, de la Ciudad de México, tras 13 años de tomar talleres decidió iniciar con este proyecto que, admite, necesita crecer y necesita más alumnos dispuestos a cumplir cada semana con un escrito. Otra de sus iniciativas es la promoción del Hashtag en Twitter #PonlecuernosalaIgnorancia, que invita a los lectores a retratar un libro, de algún modo deberá llegar la literatura a los internautas. “Me da la impresión de que la gente en Internet es perezosa para escribir, hay poca convicción literaria, pero no es que no se pueda hacer nada.” cuernos Foto: Twitter @el_neb

 

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