Por: Antoine Torres

En 1962, un pequeño grupo de apasionados de las computadoras del MIT utilizaron una computadora PDP-1 para crear un programa bautizado como Spacewars, en el que dos personas podían competir en una batalla espacial. Nunca se imaginaron que ese hobby sería la semilla que, más de seis décadas después, daría vida a la industria de entretenimiento más valiosa del mundo y a una actividad realizada por una de cada cuatro personas del planeta. Sin dudas, el gaming se convirtió en un fenómeno cultural, y una oportunidad que nadie puede darse el lujo de ignorar.

Una de las principales razones está en la casi simbiótica relación entre el mundo de la tecnología y el sector de los videojuegos. A medida que el primero encuentra nuevas funciones, el segundo avanza para volver a exigir al primero el logró de nuevos hitos.

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Mejores PC trajeron consigo mejores juegos, que a su vez dieron vida a hardware con mejores capacidades. En internet, una de las primeras interacciones comunitarias, no provino de las redes sociales, sino de un grupo de jugadores que en 1993 intentaban descargar y conectar vía Dial-up el juego de Doom para competir entre ellos.  En el mundo móvil también, según datos de Business of Apps, los juegos móviles representaron 67% de toda la facturación de la PlayStore de Android en 2021 y se colocaron como una de las principales categorías de descarga desde el lanzamiento de la tienda.

Hoy, según datos de NewZoo, el gaming es un sector que superará los 200,000 millones de dólares de ingresos para 2022 y con una audiencia global de más de 3,000 millones de personas, de las cuales 304 millones están en América Latina. En México, se estima que 72.3 millones de personas (más del 57% de la población) se consideran gamers, de acuerdo con cifras de la consultora The CIU

Y a medida que la tecnología evolucionó, los videojuegos comenzaron a anclarse a nuevas tendencias de consumo o dinámicas de interacción, y vice versa. Hoy no solo podemos jugar con personas alrededor del mundo, sino que también podemos ver a otras personas jugar o incluso competir, como si se tratara de cualquier otro atleta y deporte, durante horas a través de la pantalla de nuestra preferencia. Se trata de una forma de socialización y pertenencia que ha crecido sin comparación en los últimos años. Tan sólo en la primera mitad del 2021, YouTube, a nivel global, registró más de 800,000 millones de vistas relacionadas con videojuegos, más de 90 millones de horas de transmisión en vivo y más de 250 millones de contenidos cargados. En México y Argentina, las reproducciones de videos de un solo juego, Minecraft, sumaron más de 15,000 millones de reproducciones. 

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Pero más allá de las cifras impresionantes que ha alcanzado, lo que para algunos desconocedores todavía se trata de una actividad de nicho, nerds o geeks, existen dos razones por las cuales el gaming jugará un papel central en la siguiente década. La primera es que gracias a los avances en el procesamiento gráfico, la inteligencia artificial y el cómputo en nube, las experiencias de gaming cada vez son más profundas, completas y reales que las de muchas otras industrias del entretenimiento. De hecho, un estudio reciente de YouTube desarrollado en colaboración con la agencia de investigación Float, detectó que 57% de los mexicanos encuestados concuerda que la estética de los videojuegos es más impresionante que la de las películas de cine o la televisión. El gaming trasciende totalmente los géneros y borra las fronteras con el cine, la música, o incluso con las redes sociales – transformándose en un fenómeno cultural transgeneracional, con la particularidad de estar siempre a la punta de la innovación. Ejemplos sobran: desde conciertos en vivo en juegos como Fornite, hasta cintas inmersivas vía realidad virtual o torneos de videojuegos cada vez más interactivos. 

La segunda y quizá la más importante, está en el potencial del sector de detonar una nueva economía, una que vive del intercambio de bienes, servicios y valores en todos esos mundos digitales que los jugadores exploran. De hecho, el mismo análisis de YouTube ya confirma que 52% de los gamers en México considera que los juegos de video han comenzado a revolucionar la economía.  Y muy probablemente no le tomará los 60 años, que le tomó al sector posicionarse, para entablar esta revolución económica, ya que un reporte de Deloitte estima que para 2026 las microtransacciones globales en el gaming alcanzarán los 106,000 millones de dólares, casi cuatro veces más que lo facturó toda la industria musical en 2021. 

No es exagerado asegurar que más que una tendencia de consumo, el gaming se ha transformado en una actividad cada vez más trascendental para la vida humana. Sea por pasatiempo, forma de vida o negocio, tomar un control y oprimir start jamás había sido tan importante. 

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Contacto:

Antoine Torres, Responsable de alianzas de contenido para YouTube Latinoamérica.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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