Por Ángel Larraga* En México, tenemos un mix de generación de electricidad, basado en diversas fuentes de energía que alimentan el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), las cuales se concentran en dos tipos de tecnologías: a) las convencionales: ciclos combinados, termoeléctrica, carboeléctrica, turbogás y combustión interna; b) fuentes limpias: hidroeléctrica, eólica, geotérmica, solar, bioenergía, nucleoeléctrica y cogeneración. En 2016, la capacidad instalada del SEN fue de 73,510 MW, misma que generó 319,364 GWh al año. El 50% de la electricidad provino de la tecnología de ciclos combinados, la cual está basada en gas natural. El gas natural representa, en el país, una buena fuente de generación eléctrica debido a sus ventajas principales, como su densidad menor que la del aire, competitividad y seguridad. A esto hay que sumar que impacta poco sobre el medioambiente. Además de utilizarse en la generación eléctrica, puede aplicarse en todos los sectores económicos: residencial, comercial e industrial, así como en centrales de cogeneración y trigeneración, y en vehículos, a través del gas natural vehicular. El gas natural se ha convertido en el insumo por excelencia para los ciclos combinados, y lo seguirá siendo, ya que las prospectivas de la Secretaría de Energía (SE) indican que los ciclos, en los próximos 13 años (por lo menos), continuarán aportando el 39% de la generación eléctrica del país. Si bien las energías renovables ganan cada vez más terreno, es cierto que los ciclos combinados representan energía de respaldo, debido a la intermitencia de éstas (como cuando no hay viento ni Sol). Aunque ya pasó la euforia del Mundial de Rusia 2018, imagine este escenario: usted tiene todo listo para gozar de la gran final; comienza el juego y, en el momento más emocionante del desenlace de la justa deportiva, cuando llega la oportunidad de meter un gol… ¡falla la electricidad! ¿Puede imaginar cómo se sentiría, estimado lector, en ese instante? Algunas de las características de los ciclos combinados son:
  • Funcionan con gas natural y vapor del calor recuperado y operan de forma continua, con alta disponibilidad (sin intermitencias).
  • Paran y arrancan de nuevo, casi de forma instantánea.
  • Ofrecen una eficiencia mayor a otra tecnología (1.4 veces mayor que una termoeléctrica).
  • Operan con un proceso limpio y de bajo impacto medioambiental, dado que, en su combustión, el gas natural no emite partículas sólidas y reduce en 60% la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.
Los ciclos combinados han sustituido la generación con materiales altamente contaminantes, como el combustóleo y el carbón. La energía generada en la turbina de vapor proviene de la recuperación del calor de escape de las turbinas de gas, por lo que se considera limpia. En el panorama general del mercado, los ciclos combinados de empresas privadas están generando la mitad de la demanda de energía que México requiere, todo gracias a la reforma del sector eléctrico de 1997, que les ha exigido a estas empresas hacer inversiones en el país por más de 26,000 millones de dólares y, actualmente, tienen una capacidad de 17,227 MW. Algunas de ellas son: Iberdrola, Mitsui, Naturgy, InterGen, Mitsubishi, Techgen, AES, KST México y Engie. El Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) tiene 38 generadores registrados, los cuales venden electricidad proporcionando el recurso al propio mercado diario o directamente a los usuarios finales, a través de suministradores calificados o del suministrador de intermediación. Con todo lo anterior, se refrenda el compromiso de las empresas multinacionales en el sector de generación con ciclos combinados que tienen actividades en México desde hace ya más de una década. Todas ellas seguirán respaldando la estabilidad del Sistema Eléctrico Nacional, al aportar una energía competitiva con alta disponibilidad para su despacho. Eso hizo también que usted no se perdiera las mejores jugadas del Mundial (y con la opción de verlas cuantas veces quisiera).   *Miembro del Consejo de México con Energía y preside la Asociación Mexicana de Energía. Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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