Bernardo Quintana, presidente de ICA, asegura que la obra está construida y certificada bajo parámetros de calidad internacional. El desgaste acelerado de las vías se debe a la decisión de usar trenes distintos a los que consideraba el proyecto original, afirma.     Durante cuatro meses el Gobierno del Distrito Federal impidió la entrada de personal de ICA, Alstom y Grupo Carso para realizar el mantenimiento de la Línea 12 del Metro, lo que derivó en la suspensión de las operaciones del sistema de transporte y afectó a más de 430,000 usuarios. Así lo aseguró Bernardo Quintana Isaac, presidente de ICA, durante una conferencia de prensa, en la que afirmó que el consorcio responsable de la obra, conformado por la propia ICA, Alstom y Grupo Carso, garantiza que la Línea 12 se construyó y entregó de forma óptima, y está certificada conforme estándares de calidad internacionales. El empresario explicó que el problema del deterioro acelerado de los rieles se debió a la decisión del gobierno capitalino de utilizar trenes distintos a los que estaban contemplados en el proyecto original. Los trenes autorizados por el GDF son más pesados y utilizan otro tipo de llantas, que desgastan más rápido los rieles. El consorcio empresarial avisó a las autoridades que estos trenes sí podían circular por las vías, pero advirtió que su uso generaría mayor desgaste de las instalaciones y requeriría mayor mantenimiento, el cual no se dio. “El tren es incompatible en el concepto ideal, pero de que puede circular, puede circular”, comentó Quintana Isaac. Pese a la advertencia, las autoridades de la ciudad decidieron no realizar el mantenimiento necesario. “Aquí el problema fue el mantenimiento. En el cambio de gobierno, los nuevos entraron y se enojaron porque les iba a costar más el mantenimiento”, dijo el presidente de ICA. Si se hubiera dado el mantenimiento adecuado, no hubiera pasado nada, dijo. “Se pudo evitar parar las operaciones de la Línea 12.” Incluso, aseguró que no era necesario parar el funcionamiento de la Línea 12 y afectar a más de 400,000 personas, pues había más opciones para reparar el deterioro, sin necesidad de detener la operación. “El gobierno necesita explicar más cuál fue el protocolo, qué parámetros midieron, con qué criterios y de acuerdo a cuántas personas se tomó la decisión de parar las operaciones de la Línea 12”, dijo. Incluso, reconoció que las empresas del consorcio también fueron sorprendidas por la decisión del GDF. “Nosotros estuvimos el sábado hablando todavía de las formas de resolver el problema y, de repente, unilateralmente, el martes pararon las operaciones. Fue sorpresa hasta para nosotros.”   Golpe a las empresas Mientras se dirimen las responsabilidades, lo cierto es que ya hubo afectaciones para las empresas. El precio de la acción de ICA perdió 16.24% entre el 6 y el 14 de marzo, aunque desde entonces ya se ha recuperado en 10.63%. El proyecto de la línea 12 representa 12% (o 2,500 millones de pesos) de los 20,000 millones en cuentas por cobrar reportadas en el cuarto trimestre por ICA. “El escándalo mediático ha sido muy, muy fuerte, y sí ha golpeado el valor de capitalización de ICA, reconoció Bernardo Quintana. Sin embargo, el empresario descartó, por el momento, acudir a instancias legales o realizar una demanda por daños y perjuicios. “Sí hemos sido afectados, pero hasta el momento no hemos tomado la decisión de culpar a nadie”, dijo. Incluso, opinó, la medida fue un movimiento político con el que se pretendió culpar a ICA, Alstom y Grupo Carso del problema. “Fue una medida hecha para causar espectáculo y polémica”, dijo. Pese a que desde octubre del año pasado no se renovó el contrato entre las tres empresas y el GDF, se ha seguido apoyando en todo momento al Sistema de Transporte Colectivo (STC), dijo Alonso Quintana, director general de ICA. Pese a la falta de contrato y al adeudo de cerca de 3,000 millones de pesos, dijo, las tres firmas han absorbido los costos. “Cómo le digo a mis accionistas que estoy trabajando de a gratis”, se quejó. Para cobrar la deuda, Bernardo Quintana no descartó que alguna de las tres empresas recurra a instancias legales, pero aclaró: “No es política del consorcio buscar oportunidades para pelear”.   Una relación de 60 años Aunque ninguna de las empresas precisó el costo de reparar la Línea 12 ni el tiempo que se necesita para reanudar sus operaciones, Antonio Gómez, CEO de Carso Infraestructura y Construcción, dijo que se puede restablecer el servicio en mucho menor tiempo que los seis meses estimados por el gobierno capitalino. Bernardo Quintana comentó que ICA lleva 60 años ininterrumpidos de trabajar con el Gobierno del DF, por lo que son “un cliente muy, muy importante” tanto para su empresa, como para Alstom y Grupo Carso. Al respecto, se le cuestionó si la relación con el GDF no se verá afectada y no influirá en forma negativa en las oportunidades de participar en nuevos contratos y nuevas licitaciones de obras, a lo que respondió: “Pues yo espero que no, porque espero que salga la verdad, que todo mundo acepte su responsabilidad, que eventualmente se sepa que el proyecto de la Línea 12 es un gran proyecto y que debe funcionar muy bien.”.

 

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