El Olimpismo es mágico. Los gestos que se presentan pasan a la historia, por que a final de cuentas la fraternidad, el reconocimiento del vencedor al perdedor y viceversa, el abrazo, las lágrimas, la sonrisa, la decepción, todos los sentimientos se conjugan, estando a flor de piel, como en ninguna otra manifestación humana se puede ver. Los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020,en pandemia, sin público, han mandado mensajes poderosos en cuanto a la lucha de la humanidad por sobrevivir y salir adelante.

Ver a Simone Biles aplaudiendo a sus compañeras en la tribuna, cuando ella debía competir, pero superada por la presión y con su salud mental de por medio, cedió sus tronos a Carey en piso, a Sunisa Lee en all around individual,teniendo ahora los arrestos para competir en la Viga de Equiibrio, donde Simone fue medalla de bronce en Río de Janeiro.

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Un Estadio Olímpico que vivió una página memorable, con el qatarí Barshim y el italiano Tamberi, quienes empatados en 2 metros 37 centímetros en final salto de altura, fallaron sus tres intentos en 2.39, preguntando a los jueces si podían compartir el oro, les dijeron que si y ambos se colgaron la medalla de oro mutuamente en la ceremonia de premiación. Esto es olimpismo, como ver a la holandesa Hassan trompicarse con los zapatos de otra oponente en su eliminatoria de 1500 metros planos, levantándose del tartán para ganar la prueba.

Gestos que deben ser admirados, cuando se permitió a los atletas retirarse los cubrebocas en premiación por 30 segundos para poder mostrar su sonrisa al mundo, después de la proeza olímpica. Ver a Dressel con cinco medallas de oro y a Mac Kweon la australiana con siete preseas, cuatro oro y tres de bronce fueron el telón final de las brillantes competencias de natación. Ver a Tom Daley gritar a los cuatro vientos “Soy campeón olímpico y gay” dejo al descubierto que en este planeta no hay porque esconderse más, tan es así que se le vio tejiendo en la tribuna mientras esperaba su entrenamiento para la plataforma de los 10 metros.

Y esto lleva al gesto del debut de pruebas olímpicas mixtas en varias disciplinas para enmarcar la igualdad de género, donde México entra a esa historia con el bronce de Ale Valencia y el Abuelo Alvarez en tiro con arco mixto. Ver a mujeres y hombres formando equipo en atletismo, natación, tiro con arco, triatlón siembran un nuevo camino olímpico en esa lucha porque todos somos iguales sin importar preferencias de ningún tipo. Saunders, plata en lanzamiento de bala, con la plata al cuello cruzando brazos en equis durante la premiación para mostrar la lucha contra la opresión simboliza otra batalla de la humanidad. Hubbard representando a Nueva Zelanda en pesas femenil hizo historia como primer transgénero en participar. 

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Ver a países como Qatar y Filipinas ganar su primer oro en la historia. A San Marino colgarse una primera medalla que fue de bronce, Kosovo que vuelve a aparecer con el oro en judo, siendo 73 países de los 206 que participan los que ya están registrados por lo menos con alguna medalla,donde Puerto Rico ganó la primera de su historia en atletismo y donde Mijain López gana en 130 kilos su cuarto oro consecutivo en lucha grecorromana dejando atrás el récord de tres de Karelin, como la de sus compatriotas boxeadores Savón y Stevenson e igualando al esgrimista Fonst de hace 107 años nada más.

Decía Phelps “No pongas un límite en nada. Cuanto más sueñas, más allá llegas”.

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