Por Joann Muller Desde que General Motors (GM) tuvo en 2010 su regreso triunfal a la bolsa tras declararse en bancarrota, sus acciones se han mantenido sin movimientos importantes. Las acciones del “nuevo GM” han aumentado sólo 6% en 6 años. Durante ese mismo periodo, el índice bursátil S&P 500 ha incrementado en un 96%. Mary Barra, CEO de GM, parece pensar que, mientras ella y su equipo sigan ejecutando su plan de negocios (centrado en los clientes, la inversión en las marcas de GM, en consolidarse como líder tecnológico, y gastar el dinero sabiamente), algún día los inversionistas se interesarán en las acciones de la compañía automotriz. “Seguimos comprometidos con la generación de fuertes resultados empresariales que eventualmente serán apreciados por el mercado”, dijo la semana pasada durante una conferencia de análisis del desempeño de GM en 2016. Pero tal vez esto no sea suficiente. Existe una teoría interesante que circula en WallStreet sobre cómo sacudir el mercado y aumentar el valor de las acciones. Adam Jonas, analista de Morgan Stanley, habló del tema durante una sesión de preguntas y respuestas con la automotriz: “¿Hay algo más radical… que se deba hacer para mitigar las preocupaciones y riesgos de los inversionistas, o de alguna otra forma desbloquear el valor oculto de las acciones?”. La respuesta de Barra no brindo claridad al asunto. GM, dijo, seguirá trabajando para hacer que su negocio principal, la industria automotriz, sea más eficiente, mientras aprovecha oportunidades como viajes compartidos, conducción eléctrica y autónoma para transformar el modelo de negocio. Jonas hacía alusión a la idea de una nueva estructura organizacional, similar a la de Alphabet, la compañía de Google que dividió su negocio principal del Internet de sus “otras apuestas”, que incluyen a Waymo, la empresa desarrolladora de vehículos autónomos. Lee también: GM saca producción de México; anuncia 7,000 nuevos empleos en EU Un fabricante de automóviles podría, potencialmente, desbloquear el valor de sus acciones al separar su negocio principal de las iniciativas más atractivas, como high-tech, y quizás aumentaría el valor de ambas áreas. El desarrollo de high-tech como una unidad de negocio separada —quizás incluso con sus propias acciones— también podría ser una poderosa herramienta de compensación para competir por talento codiciado de ingeniería con los grandes rivales de high-tech. Coincidencia o no, la semana pasada Ford Motor hizo un movimiento importante, que sugiere que la compañía podría ir en esa dirección. Está invirtiendo 1,000 millones de dólares en una startup de tecnología de conducción autónoma, Argo AI, para salir al mercado, en 2021, con una flota de automóviles autónomos y potencialmente vender estos sistemas a otros. Ford será el accionista mayoritario, pero concederá el capital restante a los cofundadores y otros empleados, incluidos los ingenieros involucrados en el proyecto de tecnología de conducción autónoma de Ford, quienes no podrían imaginar volverse ricos con acciones de Ford, las cuales bajaron en un 23% en un periodo de dos años. Si, como señaló Mark Fields, el CEO de Ford, Argo AI sale a la bolsa o atrae a nuevos socios de inversión, estos empleados podrían salir beneficiados. ¿Cómo funcionaría para GM? El fabricante de automóviles de Detroit podría potencialmente dividirse y conformar ciertas unidades de negocio como empresas independientes, o emitir “tracking stocks” (acciones de la compañía que pagan dividendos dependiendo de cuántas ganancias genera una parte del negocio, en lugar de sus acciones principales) para aquellos que se consideran infravalorados. [graphiq id=”2nXwekLV5Zz” title=”General Motors Company (GM) Historical Stock Price” width=”600″ height=”534″ url=”https://sw.graphiq.com/w/2nXwekLV5Zz” frozen=”true”] Ninguna de estas ideas es nueva. Fiat Chrysler Automobiles se separó de su marca Ferrari hace poco más de un año para recaudar dinero en efectivo y desbloquear el valor de sus acciones. Hoy, Ferrari tiene un valor de 12,600 millones de dólares y las acciones de FCA han subido 85% en el último año, lo que ubica el valor del holding en 16,500 millones de dólares. GM manejó la idea de “tracking stocks” en 1984, al tiempo que se diversificó más allá de los coches con las adquisiciones de Electronic Data Services y Hughes Electronics. Legalmente, las acciones de GME y GMH siguen siendo acciones de la empresa matriz, pero la idea era que los inversionistas las valoraran de manera diferente porque tenían derecho a los dividendos basados ​​únicamente en esas operaciones. Otras empresas que buscan valoraciones de acciones más altas también emitieron “tracking stocks” durante la burbuja de Internet, pero finalmente, la tendencia se desvaneció. GM se despojó de Hughes y EDS a principios de los años 2000, y sus “tracking stocks” se retiraron. ¿Es una idea que vale la pena reconsiderar ahora, con la industria automotriz en medio de su transformación más dramática en sus 100 años de historia? Podría ser una manera de sacar a las acciones de GM de la inactividad. Al dividir a la empresa en partes, los inversionistas tendrían una visión más clara de las operaciones de GM, incluyendo algunas empresas que no son bien comprendidas o apreciadas y que no generan las montañas de dinero como las SUVs. La Cadillac Escalade, por ejemplo, representa el 10% de las ganancias globales de GM, estima Jonas. Eso es más de 1,000 mdd de ganancias de un solo modelo. ¿Por qué no dividir Cadillac por completo, y convertirlo en un competidor eléctrico de Tesla? ¿O tal vez crear una nueva unidad que aproveche las sociedades con empresas tecnológicas como LG Chem (baterías) o SAIC (China)? Lee también: Trump condiciona a automotrices con menos normas e impuestos O por qué no imaginar dos unidades de negocio con sus propias acciones —Jonas sugiere llamarlos “GM Evolution” y “GM Revolution”. GME incluiría el tradicional negocio automotriz (que no desaparecerá en el corto plazo), mientras que GMR podría incluir operaciones ricas en datos de GM y nuevos servicios de movilidad, como su creciente negocio de viajes, Maven. “Está muy de moda tener una imagen distópica de la industria automotriz”, dijo. Pero si bien puede parecer que los vehículos autónomos están a la vuelta de la esquina, también “aún quedan muchos coches con volante listos para ser vendidos”. “Ya sea que el coche vuele o sea manejado, la máquina tiene un valor. Es un trozo de bienes raíces móvil que está recopilando datos las 24 horas del día”. ¿Se producirá tal división? En este punto, es sólo un ejercicio académico. Pero es interesante ver cuántos fabricantes de automóviles han creado entidades legales separadas para sus nuevas empresas de movilidad, incluyendo a Ford, Toyota, Volkswagen y BMW. ¿Podría una de esas compañías —o quizás GM— ser la que creará un nuevo modelo de negocio? Hay que mantenerse al pendiente.

 

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