La administración actual heredará el estado financiero más sano en la historia reciente del país si se toma en cuenta que la economía se “despetrolizó” durante este gobierno, señaló José Antonio Meade, secretario de Hacienda y Crédito Público. Un análisis elaborado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) respecto a la propuesta del Presupuesto de Egresos Federal (PEF) entregado por la Secretaría de Hacienda, advirtió que el plan generará un escenario complicado para la siguiente administración y la reducción del espacio fiscal. Los recursos disponibles para proveer bienes y servicios a la población decrecieron y el gasto en obligaciones ineludibles, tales como la deuda y pensiones aumentaron, en el Presupuesto de Egresos Federal de 2018, advierte el documento Implicaciones del Paquete Económico 2018. En ese sentido, Meade dijo que siempre habrá oportunidad de seguir mejorando el Paquete Económico, pero cualitativamente se trata de finanzas más sanas. Lee también: No puede haber crecimiento sin estabilidad: Meade “México en 2012 obtenía el 36% de sus ingresos públicos de ingresos petroleros. Vamos a entregar las finanzas públicas despetrolizadas este año, tendremos una dependencia del petróleo de menos de 16% de nuestros ingresos públicos. Cualitativamente entonces los ingresos públicos descansan en una fuente más estable y permanente, más estructural y sana que son los ingresos tributarios y menos en un ingreso volátil, que debiera de traducirse fundamentalmente en ahorro y no debiera ser el soporte del gasto público de nuestros ingresos petroleros”, comentó Meade durante la inauguración de la Sala de Bienestar en el Museo Interactivo de Economía (MIDE). Durante su mensaje, Meade recordó que pocas decisiones en materia económica son tan relevantes y tan sujetas a tantas restricciones como el presupuesto que habrá de regir en lo económico al país el siguiente año. De los 5.2 billones de pesos que integran el PEF, 1.5 billones estarán destinados a participaciones y aportaciones a estados y municipios; 1.5 billones al pago de pensiones y el costo financiero de la deuda; y un billón más al gasto de dependencias como Pemex, IMSS, ISSSTE y CFE. Lee también: Presupuesto 2018: desarrollo tecnológico disparejo “Un billón propiamente está bajo el control del gobierno federal y de eso la mitad es educación y seguridad. Este apretado recuento pone en perspectiva cuáles son las restricciones que se tienen para construir un presupuesto, pero también tenemos que usarlo para construir un presupuesto y de cuáles son las consecuencias de salirnos de estas restricciones, hay quienes plantean el falso debate de que en el presupuesto escogemos estabilidad contra crecimiento”, dijo.

 

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