El gobierno de Donald Trump quiere financiar proyectos de infraestructura pública con petróleo y gas de esquisto, conocido como shale. “Usaremos los ingresos de producción energética para reconstruir nuestras carreteras, escuelas, puentes e infraestructura pública. La energía menos costosa también será un gran impulso para la agricultura estadounidense”, detalló la Casa Blanca en un comunicado. La Administración Trump dijo adoptará la revolución de petróleo y gas shale para traer empleos y prosperidad a millones de estadounidenses. “Hay que sacar ventaja de los 50 billones de dólares de reservas de petróleo y gas natural sin explotar, especialmente aquellas en tierras federales que son propiedad del pueblo estadounidense”. Hasta el 31 de diciembre de 2015, las reservas probadas de Estados Unidos de petróleo eran de 35,200 millones de barriles, una caída de 11.8% anual, según datos de Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés ). Las reservas totales de gas contabilizaban 324.3 billones de pies cúbicos, un retroceso de 16.6% comparado con 2014. En cuanto al petróleo shale, las reservas probadas ascienden a 78,200 millones de barriles, mientras que las de gas shale representan 622.5 billones de pies cúbicos, según la EIA. “Una política de energía sana comienza con el reconocimiento de que tenemos enormes reservas de energía doméstica sin explotar aquí en Estados Unidos”, reiteró la Casa Blanca. Y su gabinete cuenta con un experto en la materia. Rex Tillerson, nuevo secretario de Estado, se ha desempeñado desde 2006 como director ejecutivo del gigante petrolero Exxon Mobil, empresa que ocupa el noveno lugar de la lista Global 2000 de Forbes, con una facturación de 236,800 millones de dólares (mdd). Lee también: Estas son las nuevas prioridades de la Casa Blanca, según Trump   

 

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