Eduardo Verástegui, presidente de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) México, afirmó que los gobiernos “socialistas” de México, Argentina, Perú, Colombia, Nicaragua, Cuba, Venezuela y Honduras reprimen a sus pueblos y niegan libertades sociales.
“Este encuentro llega en el momento justo para México, para el continente y para el mundo entero, ya que nos enfrentamos a un avance sistemático del socialismo global”, apuntó líder de extrema derecha en México, quien era animado con una serie de aplausos.
Un gran número de países continúa sufriendo el flagelo de gobiernos autocráticos, comentó el actor, quien reunió a unos 500 invitados de partidos de derecha del mundo.
Los gobiernos socialistas de América Latina reencarnan un proyecto fallido, que históricamente ha demostrado ser un fracaso, apuntó.
“También muchos de nuestros países vemos la terrible realidad de las migraciones masivas motivadas por la pobreza, un movimiento irregular y sumamente peligroso a través de nuestro hemisferio que vuelve vulnerable a tantas familias, carne de cañón del crimen organizado, traficantes y de tratantes. Esto sin duda alguna, constituye una crisis humanitaria que debe ser atendida de manera urgente”, declaró Verástegui.
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En los últimos años, socialistas tomaron el control de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, México, Perú, Venezuela, Cuba, Nicaragua, consideró.
“Y apenas unas semanas el izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva, el mismo que junto a Fidel Castro fundó el Foro de Sao Paulo para exportar la revolución socialista toda la región, quiere agregar a Brasil al bloque de países donde reina el régimen”, comentó.
Al respecto, pidió esperar al discurso de Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair Bosolsonaro, invitado al foro de partidos de la derecha.
“Sabemos que estos gobiernos socialistas, una vez que llegan al poder buscan coartar las instituciones para marginar a la oposición y limitar derechos fundamentales y adelantar su agenda radical”, expresó Verástegui.
Un ejemplo concreto, dijo, se gesta en México, donde se discute la reforma electoral para “destruir” al INE, una institución que ha sido premiada internacionalmente por su eficacia y “que ahora por eso mismo no le sirve a la actual administración”.
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