Los fundadores del buscador han declarado que no tienen planes de ingresar al negocio, sin embargo sus cuentas personales ascienden a grandes sumas lo que ayudaría a invertir de manera individual, como lo han hecho Bezos y Omidyar.   Reuters   NUEVA YORK  – ¿Es momento de que los multimillonarios de Google Larry Page, Sergey Brin y Eric Schmidt inviertan en periodismo? En el 2013, el creador de Amazon, Jeff Bezos, compró al Washington Post por 250 millones de dólares (mdd) y el fundador de eBay, Pierre Omidyar, anunció la creación de un nuevo emprendimiento de periodismo investigativo. Sin embargo, en lo que respecta estrictamente a los números, pocos han logrado hacer su dinero a expensas de los tradicionales pilares del cuarto poder como lo han hecho los muchachos de Google. En el 2000, año en que Google introdujo AdWords, aún hoy su principal programa de publicidad, los anuncios en diarios y periódicos dominicales de Estados Unidos llegaron a un máximo de 48,700 mdd, según la Newspaper Association of America. Desde entonces, la cifra bajó a menos de la mitad, a unos 18,900 mdd en el 2012. La caída se atribuye ampliamente al crecimiento de internet. De hecho, sin Google y sus competidores online, el gasto en anuncios impresos habría seguido creciendo. Al ritmo alcanzado en la década previa al 2000, la cifra rondaría actualmente los 80,000 mdd anuales. Por lo tanto, es asombroso que de los más de 60,000 mdd de potenciales ventas anuales de publicidad que las publicaciones impresas parecen haber perdido, Google se haya adjudicado unos 44,000 millones al 2012, desde virtualmente nada en el 2000. Esos dos tercios del botín son aproximadamente equivalentes a la cotización de mercado de la compañía dedicada al negocio de búsquedas online. Tal vez la simetría matemática sea casualidad. Pero la cuestión principal no lo es. Nadie ha generado más dinero que Google provocando una ruptura en el modelo comercial que alguna vez sostuvo el edificio del periodismo, una labor que, como la describe Bezos, “juega un rol crítico en una sociedad libre”. Google ha sostenido desde hace tiempo que no pretende ingresar al negocio de la producción de contenidos. Está Bien. Pero los líderes de Google, que se han vuelto extraordinariamente ricos individualmente, podrían invertir por cuenta personal, como lo han hecho Bezos y Omidyar. Si alguno de los magnates del sector tecnológico tiene razones para sentir que le deben algo al actualmente descapitalizado mundo del periodismo, esos son los señores Page, Brin y Schmidt.

 

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