Mientras los tironeos políticos con Atenas congelan el acceso del país a los préstamos de los estados de la zona euro, Grecia ha estado usando cada vez más fondos del BCE.   Reuters  Una salida griega del euro podría exponer al Banco Central Europeo (BCE) a pérdidas de decenas de miles de millones, un agujero que podrían tener que cubrir Alemania y otros miembros. Mientras los tironeos políticos con Atenas congelan el acceso del país a los préstamos de los estados de la zona euro, Grecia ha estado usando cada vez más fondos del BCE. El Gobierno griego insiste en que seguirá integrando la zona euro, pero la incertidumbre llevó al BCE a examinar el impacto de un posible “Grexit” o salida de Grecia de la zona euro, dijeron fuentes familiarizadas con el tema, descubriendo una posible gran factura para el banco central y los países de la zona euro que lo financian. Cualquier pérdida de ese tipo se añadiría a un default de parte o toda la deuda pública griega de más de 320,000 millones de euros (349,000 millones de dólares) y ofrecería otra razón para mantener a Atenas dentro del redil. La cuenta del BCE podría trasladarse a los países de la zona euro porque el banco central es un organismo creado por ellos. “Si uno sale, el resto tiene que absorber los costos”, dijo Stavros Zenios, un académico y miembro de la junta de directores del banco central de Chipre. “Los que siguen se quedan con una carga cada vez mayor. La pérdida será absorbida por los estados miembros como Italia y España ¿Están en posición de absorber esta pérdida?”. El BCE se abstuvo de comentar sobre cualquier pasivo potencial que pueda enfrentar. EN ROJO La extensión total del riesgo para el BCE es compleja porque desenredar el apoyo para Grecia plantearía una montaña de cuestiones legales que podría requerir años responder. Algunos de los diferentes pasivos se superponen. Tampoco está clara la magnitud de la cuenta que quedaría sin pagar. Pero los riesgos pueden identificarse. El presidente del BCE Mario Draghi recientemente dijo que el financiamiento para Grecia ascendía a 104,000 millones de euros. Esta suma, incluyendo alrededor de 38,000 millones de euros que los bancos griegos pidieron prestados al BCE y financiamiento de emergencia del banco central del país, está en aumento. Pero no refleja la magnitud total del apoyo del BCE. En caso de un default, probablemente habrá un impacto por el “descubierto” que Grecia tiene actualmente en el sistema de pagos de la zona euro. Bajo el sistema “Target2”, cuando un banco en Grecia transfiere dinero a Alemania para pagar, por ejemplo, una máquina importada, registra el pasivo en el BCE para reflejar el movimiento de dinero. El Bundesbank alemán recibe un crédito a través del BCE, mientras que el banco central griego entra en rojo. Grecia es un importador neto y también ha estado sufriendo una fuga de capitales. Este déficit es virtual en la medida que la zona euro siga intacta, pero si un país sale, podría manifestarse en una pérdida. Los países restantes del euro podrían tener que compensar el faltante o anotarlo como pérdida. En este renglón, Grecia ahora tiene un rojo de 91,000 millones de euros, de acuerdo con el banco central del país. En el peor caso, los bancos centrales de la zona euro tendrían que acudir a los gobiernos para tener capitales frescos que cubran el agujero. “Abandonar la zona euro no extinguiría los pasivos de Grecia. El resto del sistema del euro tendría que pasar a pérdida la mayor parte de sus acreencias sobre el banco central griego”, dijo Willem Buiter, economista jefe del banco estadounidense Citi. “No se puede sacar sangre de una piedra”. Aparte, el BCE posee alrededor de 18,000 millones de euros en bonos griegos, que probablemente valgan solo una fracción de su precio nominal en caso de que el país deje la zona euro. Y además hay otros 40,000 millones de euros en billetes, muchos de los cuales están “abajo del colchón” en Grecia, que representan otro pasivo, dijeron tres personas con conocimiento del tema.

 

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