Los líderes de la UE creen que Grecia es libre de proponer otras maneras de gestionar su presupuesto y la alta deuda, pero debe incluir una perspectiva creíble a los acreedores -en su mayoría otros estados miembros de la UE- de que van a cobrar.   Reuters   El gobierno de Grecia prometió que hará todo lo posible para alcanzar la próxima semana un acuerdo con sus acreedores internacionales, un mensaje que animó a los inversores, mientras los expertos de ambas partes comenzaron el viernes las reuniones técnicas para allanar el camino hacia una negociación exitosa. El temor a un caos financiero llevó a muchos ahorradores a retirar su dinero de los bancos griegos. Fuentes bancarias dijeron que esa fue la razón por la que el Banco Central Europeo ofreció el jueves más financiación de emergencia a las entidades del país hasta que concluyan las conversaciones del lunes con los ministros de Finanzas de la zona euro. Los mercados griegos subieron con fuerza después de que el nuevo primer ministro, Alexis Tsipras, elegido con la promesa de poner fin a un acuerdo de rescate al que culpa de haber empobrecido a millones de personas, accedió a que sus asesores se sentaran con funcionarios de la Unión Europea (UE), el BCE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la denominada “troika”. No obstante, el ministro de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, que presidirá una reunión el lunes de sus pares de la zona euro, volvió a reducir las posibilidades de una rápida conclusión de las negociaciones. “Sigo siendo muy pesimista”, aseguró. “Las expectativas de los griegos sobre su Gobierno son muy elevadas. Pero las posibilidades, debido al estado de su economía, son muy limitadas. Así que se necesita aún un gran ajuste y no sé si podremos resolverlo el lunes”, agregó. El miércoles, los ministros de Finanzas de la zona euro no lograron acordar una amplia declaración común sobre cómo seguir financiando a Grecia cuando concluya a fines de este mes el paquete de rescate de tres años, odiado por muchos griegos, junto con la “troika” que vela por el cumplimiento de sus términos. Tsipras quiere un nuevo paquete financiero, libre de terminologías impopulares y de las condiciones más gravosas. Pero Alemania, respaldada con fuerza hasta el momento por los otros 17 países miembros de la zona euro, insiste en que su Gobierno debe ampliar el plan actual por varios meses, ganando tiempo para desarrollar una nueva estrategia si así lo desea. El portavoz griego, Gabriel Sakellaridis, afirmó que si no se llega a un acuerdo el lunes no sería una catástrofe. Sin embargo, esta visión no es compartida en algunas capitales europeas, especialmente en Berlín y Helsinki, donde cualquier acuerdo con Grecia necesitará la ratificación de sus parlamentos locales.   “Hechos duros”   Las reuniones del viernes en Bruselas, que podrían seguir el lunes, buscan identificar qué elementos del rescate son compatibles con el mandato popular que asegura tener Tsipras. Los líderes de la UE creen que Grecia es libre de proponer otras maneras de gestionar su presupuesto y la alta deuda, pero debe incluir una perspectiva creíble a los acreedores -en su mayoría otros estados miembros de la UE- de que van a cobrar. “Ha habido debates políticos muy buenos (…) y ahora debemos bajar a los hechos duros”, señaló un alto cargo de la UE cercano a las negociaciones. “El lunes esperamos una descripción de qué se sobrepone entre los dos (…) y cuáles son las divergencias”, añadió. Pierre Moscovici, el ex ministro de Finanzas francés que ahora se encarga de los asuntos económicos de la Comisión Europea, dijo ser “optimista” frente a la posibilidad de lograr un acuerdo la próxima semana y advirtió contra un fracaso que podría generar problemas impredecibles a Europa. Aseguró que Tsipras “debe respetar las promesas y al mismo tiempo estamos dispuestos, como europeos, a ver qué márgenes de maniobra son posibles”. Sakellaridis insistió, no obstante, en que Atenas sigue negándose a implementar reformas que intensifiquen la austeridad de los recortes y debiliten el tejido social. Además, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, dijo a la revista alemana Der Spiegel que condonar parte de la deuda sería más barato para los acreedores de Atenas, algo que es un anatema para otros gobiernos, especialmente en Berlín. Subrayando cómo la crisis afecta a profundas emociones históricas en toda Europa, un portavoz del ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schaeuble, condenó una caricatura en un periódico cercano a Tsipras. En el dibujo aparece Schaeuble vestido con un uniforme nazi evocando el Holocausto al decirle a los griegos: “Insistimos en hacer jabón con su grasa”.

 

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