Redes sociales y política es una combinación necesaria en el panorama actual del país; en primera instancia porque permite una comunicación directa y evidente entre población y gobernantes, que además ayuda a medir la temperatura de la opinión pública, y después porque los medios sociales se han convertido en una plataforma idónea para lanzar a candidatos en tiempos electorales. Twitter es un medio idóneo para la conversación, pues la comunicación se construye uno a uno. Es una plataforma que facilita la horizontalidad y que fortalece la aparición de historias y conversaciones. Esto es especialmente útil en una democracia, ya que gobierno y gobernados pueden entrar en una dinámica de comunicación muy útil, pues permite expresar de forma libre y directa el sentir de la población. Por ello es importante analizar el tema de las conversaciones en esa red social, ya que a través de su uso, Twitter nos puede informar de qué manera un gobernador se desenvuelve en medios digitales y, al mismo tiempo, el grado de interés que generan en sus seguidores. De esta manera, Porter Novelli publicó los resultados de un estudio que prácticamente durante un año (de febrero de 2015 a igual mes de 2016) siguió el desempeño de los 31 gobernadores y del jefe de gobierno del Distrito Federal, y que incluyó el volumen de mensajes que emitieron desde sus cuentas oficiales, los temas de los que más hablaron, la cantidad de conversaciones que generaron y la forma en la que utilizaron etiquetas. Destaca que el gobernador más tuitero fue Graco Ramírez, de Morelos, con casi 8,400 mensajes en un año, que equivalen a casi 23 tuits al día, seguido de Roberto Borge, de Quintana Roo, con un promedio de 19 mensajes diarios; Gabino Cué, de Oaxaca, con 9.5 mensajes; Rolando Zapata, de Yucatán, con 9, y César Duarte, de Chihuahua, también con un promedio de 9. Esto nos demuestra lo asimétrico que puede ser la comunicación digital en los gobiernos de los estados, ya que mientras algunos han establecido una comunicación constante con la ciudadanía, otros son bastante irregulares. Por ejemplo, Juan Manuel Carreras, de San Luis Potosí, tuitea en promedio una vez al día; Mariano González, de Tlaxcala, publica casi una vez al día (.9 veces), al igual que Carlos Mendoza, de BCS, mientras que Egidio Torre Cantú, de Tamaulipas, nunca ha compartido un contenido en redes sociales, no obstante que tiene poco más de 12,500 seguidores. Los temas presentes en las conversaciones de los gobernadores fueron educación y bienestar, además de ciudades locales o festejos propios de los estados, como la Guelaguetza o la visita del papa Francisco. La situación cambia cuando son los usuarios quienes mencionan a los gobernadores o comparten los posteos que realizan. Esto es un claro indicador del intrerés que tiene un estado determinado en las actividades de un gobierno. Así, el gobernador más citado en Twitter fue Roberto Borge, con una media de casi 3.5 millones de menciones durante un año, lo que equivale a un promedio de 9,500 menciones diarias. En segundo lugar se encuentra Miguel Ángel Mancera, de la Ciudad de México, con 2 millones de menciones, lo que equivale a casi 5,500 menciones diarias. Gabino Cué logró 1.4 millones de mensajes durante el periodo analizado, que equivalen a poco más de 3,800 menciones diarias. Y aunque algunos gobiernos estatales son verdaderos asiduos al uso de las redes sociales, siguen careciendo de una verdadera representatividad, y si bien el volumen de conversaciones es alto, no necesariamente implica que ellos estén al pendiente o respondan en todos los casos. Así, se advierte falta de naturalidad, ya que la mayor parte de los posteos hablan de noticias oficiales en un tono serio y rígido, con poca interacción respecto de las conversaciones, pero sobre todo mantienen un discurso oficial y poco cercano. Los ciudadanos hablan de ellos porque son los gobernadores, pero se está desperdiciando la oportunidad de utilizar la herramienta para crear un vínculo de comunicación entre gobierno y población. OK Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @sincreatividad   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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