Forbes El secretario de turismo, Miguel Torruco, pretende endurecer la regulación de las plataformas digitales, como Airbnb. Si bien, estos servicios ya pagan impuestos locales en siete estados y tienen acuerdos de colaboración con cinco ciudades, el funcionario pretende incrementarles las contribuciones. Esto trascendió después de una reunión, en febrero pasado, entre funcionarios de Sectur y los agremiados de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM). Entre los objetivos que se definieron, destacan el de contar con un registro y el de fijar las normas de seguridad y calidad para los usuarios de las plataformas, de acuerdo con lo señalado por Sectur. Otro: crear una mesa de trabajo con Hacienda y el SAT para definir criterios tributarios aplicables a escala nacional. De acuerdo con Airbnb, sus anfitriones ganan, en promedio, 2,700 dólares al año por rentar su casa o parte de ella en la Ciudad de México, es decir, más de 50,000 pesos. Incluso, promociona que los anfitriones de la Ciudad pueden obtener más de 20,000 pesos al mes. En el mundo, Airbnb tiene presencia en 81,000 ciudades de 191 países. La plataforma ha gestionado 6 millones de alojamientos para 500 millones de viajeros, con ingresos acumulados, para los anfitriones, de 65,000 millones de dólares (mdd). En el último año, la Ciudad de México se convirtió en una de las urbes que han recibido, desde el arranque de Airbnb, más de 1 millón de visitantes a través de esta plataforma. Además, 61% de los turistas alojados en 2018 fueron nacionales. En comparación, las autoridades reportaron que, en enero pasado, llegaron 6 millones de turistas a pasar la noche en un hotel, lo cual sigue siendo un indicador de que los hoteles son la primera opción de los viajeros. Como parte de la estrategia de regulación, en marzo, Torruco y la ministra de Industria, Comercio y Turismo de España, María Reyes Maroto, convinieron en establecer un intercambio de modelos regulatorios, especialmente en materia de plataformas digitales y contratación de hospedaje vía electrónica.

La referencia madrileña

En España, autoridades de Madrid aprobaron, a finales de marzo, una regulación que divide la ciudad en cuatro zonas, cada una con requerimientos específicos a cumplir antes de otorgar licencias de operación a Airbnb. El lineamiento que más afecta al negocio de la plataforma señala que, para poder rentar los alojamientos a turistas, las viviendas deben contar con una entrada independiente desde la calle. Airbnb respondió a través de una misiva, en la que detalla el impacto de las medidas. Menciona el riesgo de perder 800 millones de euros (mde) en ingresos turísticos, pues la ley madrileña parte de la premisa de que los servicios digitales de alojamiento han encarecido la vivienda para los residentes locales. Según Airbnb, el porcentaje de alojamientos turísticos en Madrid es demasiado pequeño, pues las viviendas enteras que se alquilaron por más de 90 noches en 2018 representaron sólo 0.4% del total de viviendas en la ciudad, mientras que hay 153,100 casas vacías, que suponen 10% del total de éstas en Madrid. Te puede interesar: ENTREVISTA | Airbnb, 500 millones de huéspedes y la migración de la industria hotelera

Foto: Airbnb.

¿Qué se busca en México?

Torruco dijo a Forbes México, en abril, que la necesidad de contar con una regulación más fuerte está relacionada con el hecho de que, desde antes del arribo de las plataformas, se había detectado una floreciente extra oferta turística: personas o empresas que promueven servicios de alojamiento en casas, villas o departamentos, cocina y transporte a todo lujo sin pagar impuestos. “Los hoteleros pagan impuestos y no tienen tarifa doméstica de agua y energía, sino tarifa comercial”, recalcó. La idea del secretario es que los alojamientos compitan con los hoteles en igualdad de circunstancias y que cuiden la seguridad, pues los anfitriones, e incluso los huéspedes, dice, se exponen al proporcionar las llaves de la propiedad. La regulación de las plataformas como Airbnb necesita un componente de visión local, dice Miriam Cortés Franco, de la Asociación de Clubes Vacacionales, Capítulo Quintana Roo, pues una de las razones por las que se debe regular en su estado es el desplazamiento de pobladores por el encarecimiento de la vivienda. “Las casas que hoy se rentan como hospedaje dejan de ser una opción accesible de vivienda para los trabajadores locales de la industria turística, y deben irse a vivir más lejos”, señala. Además de Airbnb, en el país, Booking y Despegar también permiten publicar ofertas de alojamiento en viviendas particulares. Boorking cobra una comisión de 15% sobre el precio ofertado por los propietarios (contra 3% de Airbnb), aun cuando no procesa cobros ni ofrece seguros ni garantías al usuario y tampoco al anfitrión. En tanto, Despegar no muestra de manera pública los requerimientos para listar un alojamiento. Los anfitriones de Airbnb en Baja California, Baja California Sur, Estado de México, Ciudad de México, Oaxaca, Quintana Roo, Yucatán y Sinaloa ya pagan un impuesto de 3%, equiparable al impuesto hotelero. Esta contribución se recauda y paga automáticamente por la plataforma al momento de la contratación. Hay un diálogo abierto con gobiernos y actores relevantes de la industria turística, dice Victoria Bramati, encargada de Asuntos Públicos de Airbnb para América Latina. “Proponemos modelos innovadores de regulación y reglas de avanzada que fomenten la inclusión de las personas y las comunidades más pequeñas en el turismo”. Actualmente, existen 12 acuerdos locales para el pago de impuestos y la adopción de normas, en Baja California, Baja California Sur, Ciudad de México, Colima, Guerrero, Jalisco, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa y Yucatán. Los anfitriones tienen, además, un seguro de daños que Airbnb les proporciona de manera gratuita. “México es un destino privilegiado, por su calidez. La comunidad local de anfitriones también incluye hoteles familiares y boutique. Eso es prueba de la hospitalidad de clase mundial que caracteriza a su cultura: de cinco estrellas posibles, el promedio nacional es de 4.7”, dice Bramati. Mientras el gobierno estudia la forma de poner una “cancha equitativa”, Airbnb sostiene que quiere mantenerse en la competencia, aun si las reglas cambian. “Creemos que la inclusión de todas las voces es central para la creación de una regulación que promueva que los beneficios del turismo estén al alcance de cada vez más mexicanos. Refrendamos nuestra voluntad de colaboración con los gobiernos locales para diversificar las alternativas para los viajeros y contribuir a la derrama económica de cada localidad”, añade Bramati.

 

Siguientes artículos

Ingresa Femsa al universo de pagos electrónicos
Por

La compra de 30% de Shopnet, una app de descuento en el pago de servicios, es vista como un paso más en la integración d...