Hallivis Pelayo, en la recta final por la Fiscalía
El expresidente del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, considera que en Fiscalía Anticorrupción debe haber, además de penalistas, fiscalistas y especialistas en adquisiciones.
Algo (o mucho) debe tener Manuel Luciano Hallivis Pelayo como para ser uno de los finalistas en el sprint definitivo por la Fiscalía Anticorrupción.
El expresidente del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, abogado por la Ibero, doctor en Derecho por la UNAM y maestro en Administración Pública por la Universidad de Michigan, entre otros cargos y reconocimientos, parece ser el verdadero puntero.
En su comparecencia hizo frente con detalle los cuestionamientos sobre si sería capaz de afrontar el cargo pese a su perfil administrativo, que no penal. Y ha dejado en claro que, en lugar de casos aislados, se iría de lleno contra las redes de corrupción.
Textualmente, al comparecer, Hallivis le dijo a los senadores que en la Fiscalía “el personal no sólo debe estar compuesto de abogados penalistas, sino de fiscalistas, especialistas en financiero, obra pública, adquisiciones”. Suena perfectamente lógico.
“Me ha tocado ver asuntos penales, he participado, recientemente, tuvimos 30 casos en el Tribunal, pero en una ocasión, el señor subprocurador que estaba en ese momento se juntó con nosotros y nos dijo en ese momento, se está quejando mucho el Tribunal, el Tribunal era yo, tan solo de un asunto mandamos 30 mil fojas, y les dije, ustedes cuánto han agregado a la carpeta de investigación. Noté que hay algunos que no están preparados para el nuevo sistema, yo ya los quisiera ver argumentando un caso”, les dijo.
¿Se puede con lo que hay?, le preguntaron. Respondió que sí, porque al margen de realizar ajustes, señaló que lo que habría que hacer es trabajar en equipo, aliarse al Legislativo para dejar planchado el marco legal del Fiscal, brindarle poder real y echarlo al mundo real para perseguir a los depredadores.
Eso sí, lo primero que haría no sería satisfacer una promesa superficial, sino abatir rezagos. Y cuando alguien que quiere ocupar una posición clave, no te quiere marear con promesas, ya es una buena señal.
Si los senadores saben de futbol, seguro se dieron cuenta que Hallivis Pelayo les dejó el balón botando y frente a la portería. Sólo tienen que anotar un gol a favor de la ciudadanía. ¿O no?
