Los productos y servicios que cumplen con normas internacionales ofrecen beneficios tanto a las Pyme como al consumidor.     Vivimos inmersos en la era de la innovación. Incluso, la palabra misma aparece continuamente como sinónimo de progreso, de desarrollo tecnológico, de creación de empleo y de mejora de las condiciones de vida. Se habla de este término en todos los ámbitos, desde la economía, la industria y la sociedad en general. La innovación es uno de los factores básicos de desarrollo en los países avanzados, ya que no sólo incluye el proceso de incorporar tecnología a los procesos productivos, sino que también debe prever las necesidades de los mercados y colaborar con la detección de nuevos productos, procesos y servicios de mayor calidad, con la menor inversión posible. Existen multitud de definiciones y explicaciones de la “innovación”, ligados al ámbito económico, sociológico, etcétera; no obstante, en cada caso siempre se repiten elementos como “introducir modificaciones en la manera de hacer las cosas, para mejorar el resultado final. Así, una modificación puede ser desde una acción sobre el precio de un artículo para conquistar un mercado, hasta la mejora de un producto antiguo o el descubrimiento de un nuevo uso para un producto ya existente” (Ferrer Salat, 1984). Innovación es un cambio que supone una novedad. Esta palabra procede del latín innovatĭo,ōnis, que a su vez deriva del término innovo, -are (hacer nuevo, renovar), que se forma con in- (hacia dentro) y novus (nuevo). Algunos términos que tienen un significado similar son: “reforma”, “renovación” y “cambio novedoso”. A nivel internacional es clara la diferenciación que existe entre el tamaño de las empresas y su capacidad de innovar. Si hiciéramos referencia a las economías de escala y a la capacidad de las grandes empresas para innovar y desarrollar productos para controlar el mercado, podemos pensar que las empresas de menor tamaño ocupan posiciones de total marginalidad y que su aporte al proceso de innovación sería nulo o definitivamente circunstancial. La innovación es resultado de un proceso de aprendizaje y conocimiento que requiere de inversiones importantes en infraestructuras, costos fijos elevados, conocimientos especializados, entre otros que difícilmente pueden afrontar las Pymes. Sin embargo debemos reconocer que estas dificultades inhiben los procesos de innovación, pero no impiden que estas organizaciones incorporen los estándares en sus procesos productivos, y al tomar parte en las revisiones periódicas que se hacen a los estándares, participan de su adecuación o actualización y, por ende, van de la mano del proceso evolutivo del estándar. Es aquí donde intervienen los procesos de normalización y la evaluación de la conformidad: como un abanico de posibilidades de innovación.La identificación de normas internacionales para productos y servicios es una oportunidad de desarrollo que hace posible que las pequeñas y medianas empresas alcancen niveles de productividad y competitividad. Los productos que cumplen con normas internacionales ofrecen las siguientes ventajas para el consumidor:
  • Son eficaces y seguros.
  • Permiten la compatibilidad entre sí, evitando que el consumidor deba cambiar de marca, de país, etcétera.
  • Las reparaciones o cambios son más sencillos y rápidos.
El fabricante también se beneficia del establecimiento de las normas internacionales:
  • Los productos que se ajustan a la norma son más fáciles de almacenar o de apilar, una gran ventaja para fabricantes y distribuidores.
  • Realizar muchos productos iguales o semejantes baja los costos de producción.
El uso de estándares permite alcanzar cierto grado de calidad en la producción de manufacturas, pero se requiere la realización de pruebas para corroborar que las especificaciones técnicas utilizadas son correctas, por lo que es indispensable que éstas se realicen en laboratorios acreditados, y se debe recurrir a la certificación por entes de tercera parte, imparciales, acreditados y reconocidos. La certificación es aplicable a los bienes industriales, los procesos productivos e incluso a las personas, y se vuelve fundamental, ya que es aplicable en las transacciones comerciales, ya sea de manera voluntaria o bien obligatoria, y cierra el ciclo de la evaluación de la conformidad. Para concluir podemos señalar tres condiciones que deben ser consideradas por los directivos de las pequeñas y medianas empresas:
  1. Las Pymes adoptan estrategias de innovación distintas de las que desarrollan las grandes empresas. La eficacia de esas estrategias depende del contexto competitivo en que operan.
  2. La capacidad de las Pymes para generar estrategias de innovación de forma eficiente requiere conocimiento y aprendizaje.
  3. El acceso de las Pymes a procesos estandarizados puede ser facilitado impulsando el uso de normas técnicas nacionales o internacionales que ayuden a superar las limitaciones de escala que les afectan.
    Contacto: Correo: [email protected] / [email protected] Twitter: @perez_munguia Página web: NYCE / IMECE     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.  

 

Siguientes artículos

Temporada de huracanes
Por

Más vale prevenir para dormir tranquilo en toda temporada y no tener que empezar de cero después de un siniestro inesper...