Rafael Herrerías prepara su adiós como administrador de la Plaza de Toros México, ya que las corridas dejaron de ser negocio. “(Dejé el mundo taurino) porque no ha sido buen negocio y no soy propietario del inmueble”, reveló el responsable de La Monumental de Insurgentes. “Han habido diferencias y vamos a buscar trabajo”, dijo el empresario taurino a Forbes México, luego de despedirse de Miguel Alemán Magnani, presidente del Grupo Alemán, el pasado el viernes 10 de junio en el Club de Industriales. Ambos empresarios saludaron con un caluroso abrazo y un apretón de manos a Santiago Creel Miranda, ex secretario de Gobernación y actual presidente de la Comisión Nacional de Elecciones del PAN. Herrerías y Alemán Magnani se despidieron un con un cordial saludo, pero cada uno tomó su propio rumbo ese viernes pasadas las 11 de la mañana. Forbes México publicó que la familia Alemán no dejará la operación de la Plaza de Toros México, a pesar de que durante dos décadas han puesto dinero a las corridas de toreros de consagrados y novilleros. La Plaza México fue inaugurada el 5 de febrero de 1946 con una corrida en que participaron los diestros mexicanos Luis Castro El Soldado y Luis Procuna, y el español Manuel Rodríguez Manolete, con toros de San Mateo. A pedido del empresario yucateco de origen libanés Neguib Simón Jalife se edificó La Monumental, que era parte de una ciudad deportiva que se construyó a las afueras de la todavía apacible capital mexicana. “(La Plaza de Toros) no es un buen negocio porque hemos puesto dinero en algunas ocasiones”, dijo el empresario. “Reestructuramos la administración de la Plaza México, no nos retiramos del negocio y seguimos ahí”, explicó Alemán Magnani, quien afirma: la realización de las corridas de toros en el recinto ubicado cerca de Insurgentes es por el gusto y pasión a la fiesta brava. “Después de 25 años hemos salido casi tablas, hemos tenido que poner dinero 20 años y hemos ganado sólo en 2 años”, expone el también responsable de dirigir Interjet. El adiós No se dio un rompimiento con el empresario Rafael Herrerías, quien administra desde hace 25 años el recinto, porque “es un gran amigo y hay poca gente en México con un alto conocimiento sobre toros”, explicó en su momento el nieto del ex presidente Miguel Alemán Valdés. Hasta ahora no se ha definido quién será el socio responsable de la administración de La Monumental una vez que Herrerías se retire. Estar al frente de la Plaza México es el premio mayor para los taurinos en México y el resto del mundo, considera. “Es muy fácil destruir, pero lo importante es administrar el negocio”, expresa Miguel Alemán Magnani. La etapa de Herrerías Olea llega a su fin después de estar por más de dos décadas al frente de La México, una plaza a la que llegó invitado por Miguel Alemán Velasco y Emilio Azcárraga Milmo. Antes de que llegara a La Monumental, Rafael Herrerías fue cargador de bultos en el súper, chofer, mecánico, charro profesional con Antonio Aguilar, proveedor industrial, subsecretario de Ganadería en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, así como director general de Ferrería, liquidador de empresas paraestatales, e incluso fue vicepresidente de Televisa. Su gusto por los toros nació de su madre, Sofía, quien era ama de casa, aficionada a la tauromaquia; cada domingo acudía a la Plaza de Toros México. Su padre era Rafael Ángel Herrerías, quien se desempeñaba como ingeniero mecánico electricista, doctor en filosofía y maestro de ciencias políticas e intelectual. —¿Ya deja de operar la Plaza de Toros México? —se le cuestiona a Rafael Herrerías Olea. —Sí, sí… —¿Sí va a dejar de operar? —Sí, la voy a dejar de operar. —¿A quién se la va a dar o quién ocupará su lugar? —Yo no soy el dueño de la plaza. —¿A dónde buscará nuevos horizontes? —En eso estoy y estoy terminando la entrega, y me voy a enfocar a qué voy hacer. —¿La hotelería o el turismo sería su futuro? —Voy a buscar exactamente donde me acepten. —¿Hace años se dedicó también al futbol? —Sí, pero ahí no regreso. —¿Fue el Veracruz donde jugaba Cuauhtémoc Blanco y Christian Chaco Giménez? —Ahí no vuelvo. —¿Cómo se siente por tantos años, una plaza de toros como La México, ahora dejarla? —Estoy tratando de asimilarlo. En el momento que la entregue les platico cómo me va. —¿Sería al fin de año que deja la Plaza de Toros México? —En eso estamos ahora mismo y no te puedo puntualizar fechas.

 

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