A dos años del fallecimiento del creador de Apple, la película “Jobs” se estrenará este fin de semana en el país;  algunos amigos de Steve Jobs charlaron sobre las anécdotas que nunca han sido compartidas con el público.      Por Connie Guiglielmo   Oculta los Porsches En un principio Randy Adamas rechazó la oferta de Steve Jobs para trabajar en NeXT Software, la compañía de informática fundada por Jobs después de su expulsión de Apple; era el año de 1985. Pocos días después, la voz de Jobs estaba en la contestadora de Adams. “Estás estropeando las cosas, Randy. Esta es la oportunidad de tu vida y la estás mandando a volar”. Adams reconsideró las cosas. Con una parte del dinero que ganó de la venta de su compañía editora pionera de software, Adams compró un Porsche 911 al mismo tiempo que lo hizo Jobs. Un día, Jobs llegó precipitado al cubículo de Adams y le dijo que tenían que mover los autos. “Dije: ‘¿por qué?’, y el respondió: ‘Randy, tenemos que esconder los Porsches. Ross Perot va a pasar y está pensando en invertir en la compañía y no queremos que piense que tenemos mucho dinero’”. Movieron los autos hacia la parte trasera de las oficinas de y fue así como Perot invirtió 20 millones de dólares (mdd) en la compañía en 1987. Adams también recuerda la época en que Bill Gates apareció en NeXT para una junta. La recepcionista llamó a Jobs. “Podía verlo sentado en su cubículo, no estaba muy ocupado. Pero no se levantó ni le pidió a Gates que subiera. De hecho, lo dejó esperando en el lobby durante una hora. Eso dice mucho de su rivalidad”. Tiempo después, Jobs convenció a Adams de iniciar un negocio de software relacionado con NeXT, que Adams llevó a cabo con una inversión de dos mdd de Sequoia Capital. Sin embargo, mientras el negocio estaba en curso, Jobs llamó a Adams otra vez para hacerle saber que NeXT iba a abandonar su negocio de estaciones de trabajo y se enfocaría, en su lugar, en el software. “Me dijo: ‘El precio del hardware está bajando y pensamos que es una mercancía’. Le dije: ‘¿Entonces por qué no vendes PCs?’ Jobs me respondió: ‘Prefiero vender perros que PCs’”.   Rayones en la mini tienda En su primera aparición pública después de revelar que había tenido una cirugía para extirpar un tumor en su páncreas en 2004, Jobs se reunió con un puñado de reporteros (incluyéndome a mí) en el Stanford Shopping Center en Palo Alto, California, para presentar un nuevo diseño de “mini” tienda de 69.6 metros cuadrados: la mitad de tamaño de las tiendas Apple de aquel entonces. Sin embargo, antes de que la cortina gigante sobrepuesta a lo largo del escaparate se abriera, a Jobs le dio una crisis, negándose en los minutos que antecedieron a la presentación, a salir y a darles la bienvenida a los reporteros. ¿Por qué? Las paredes mostraban huellas de manos y los pisos habían sido estropeados con marcas negras de rayones. Al final, Jobs se convenció de que tenía que salir y la cortina se abrió. Cuando vi el piso, inmediatamente voltee hacia Jobs, que estaba parado a mi lado, y le pregunté si había estado involucrado en cada uno de los aspectos del diseño. Respondió que sí. “Era obvio que quien diseñó la tienda nunca había limpiado un piso en toda su vida”, le dije. Entrecerró sus ojos y se metió. Pocos meses después, un ejecutivo de Apple me dijo que Jobs hizo que todos los diseñadores regresaran a la tienda después de su apertura del sábado, y que pasaran la noche a gatas limpiando la superficie blanca. Después de dicha experiencia, Apple cambió sus pisos a los mosaicos de piedra ahora comunes en sus diseños. –C.G.   Se acostumbrarán Marc Andreessen, socio en Andreessen Horowitz Andreessen recuerda una salida en parejas que tuvo con Jobs unos meses antes de que se lanzara el iPhone. Estábamos sentados afuera del restaurante en la Avenida California en Palo Alto, esperando que nos asignaran una mesa en una tarde balsámica de Silicon Valley, cuando Steve sacó del bolsillo de sus jeans su prototipo personal de iPhone y dijo: ‘Déjame mostrarte algo’. “Después de una buena dosis de wows, me arriesgué a hacer un comentario. Como el aficionado de BlackBerry que era, dije: ‘Hombre, Steve, ¿no crees que va a ser un problema el que no tenga un teclado físico? ¿En realidad las personas se sentirán cómodas tecleando directamente en la pantalla?’ Mi miró justo a los ojos con esa mirada penetrante y dijo: ‘Se acostumbrarán’”. Jobs1 Franco, pero con gusto Guy Kawasaki, jefe “evangelista” y enlace con la comunidad de desarrolladores de Mac. Kawasaki estaba trabajando en su cubículo después de que la Mac se lanzara en 1984, cuando Jobs apareció un día con otro individuo. Jobs le preguntó su opinión a Kawasaki sobre un programa de un desarrollador de Mac llamado Knoware. “Le dije lo que pienso, lo cual era bastante negativo. Cuando terminé, se volteó hacia el individuo. Después me miro de nuevo. Y posteriormente dijo: ‘Guy, él es el Director General de Knoware’. “[Tenía] una falta de renuencia para arrojar a sus empleados al olvido. Eso es un rasgo revelador de Steve en general. Si eres un admirador de Steve, dices: ‘Mira, no se andaba por las ramas’. Si no eres un admirador de Steve, carecía de buenos modales”. “Aunque trataba a las personas de ese modo, la razón por la cual tenía gente brillante trabajando para él, a diferencia de la mayoría de jefes, es que apreciaba el trabajo magnífico. Hay dos elementos para dar a los empleados retroalimentación excelente. Se necesita a alguien que tiene el gusto para saber cuándo hiciste las cosas de una forma maravillosa o de una manera deplorable, y a alguien que sea lo suficientemente franco para decírtelo. Hay muchas personas que no tienen gusto pero que son francas”. Una manita en la pantalla Nolan Bushnell, fundador de Atari, quien contrató a Jobs en 1974 Bushnell dice que lo que más recuerda de Jobs es su intensidad. “Steve fue el primer tipo que conocí que con regularidad se enroscaba bajo su escritorio en la mañana después de pasar la noche en vela. Muchos piensan que el éxito es suerte y estar en el lugar correcto en el momento preciso. Pero creo que si estás dispuesto a trabajar más duro que cualquier otra persona, puedes hacer muchísimo por tu propia suerte”. A principios de la década de 1980, Bushnell compró una casa en París de 1,393 metros cuadrados e invitó a todos sus amigos de Silicon Valley para la fiesta de bienvenida. Mientras que todos los demás se habían engalanado para la fiesta, Jobs se presentó en sus Levi’s. Bushnell recuerda “estar sentado en la margen izquierda del río Sena (el día después de la fiesta), yo sorbiendo café y Steve tomando siempre té, una manera de ver pasar la vida en París. Tuvimos una conversación encantadora sobre la importancia de la creatividad. Se encontraba en una etapa donde sabía que la Apple II se acercaba al final de su vida. No estaba feliz con la Apple III. Justo comenzaba a jugar con las ideas para la Lisa y lo que se convertiría en la Macintosh”. “Lo vi por última vez un año antes de su muerte. Estaba muy, muy delgado, pero no parecía frágil. Se consideraba una persona fuerte. Me dijo: ‘Creo que voy a vencer a esta cosa’”.   Una historia de navidad Regis McKenna, el primer gurú de marketing de Apple McKenna conoció a Jobs de 22 años cuando este último manejó a su casa en una motocicleta y le platicó sobre cómo quería hacer de Apple una marca global. “En 1998, mi esposa y yo compramos cinco iMacs como regalos de navidad para nuestros nietos. Los vimos abrir sus regalos, y cuando Molly, de cinco años de edad, abrió su iMac, dijo: ‘La vida es buena’. Desafortunadamente, la iMac de Molly desarrolló un problema. Después de usarla unas horas, la puerta del disco duro no abría. El distribuidor me dijo que no estaba autorizado para cambiar la computadora por otra debido a una política de Apple. La reparación tomaría varias semanas, dijo. Le envié un correo electrónico a Steve y le pregunté sobre la política de cambio/devolución de un nuevo producto. En cinco minutos mi teléfono sonó. Era Steve. Me preguntó cuál era el problema y el nombre del distribuidor. ‘Te llamo más tarde’, dijo. Unos minutos después, el teléfono sonó y era el distribuidor pidiendo mil disculpas. ‘Tengo una nueva iMac aquí para su nieta’, dijo. Le mandé un correo electrónico a Steve dándole las gracias y asegurándole que había hecho que la Navidad de mi nieta fuera una navidad feliz. Steve de inmediato contestó con un simple: ‘Ho, ho, ho’”.   Una amiga necesitada Heidi Roizen, inversor de capital de riesgo La compañía de Roizen T/Maker distribuyó software para la Mac en la década de 1980. Roizen tuvo muchas experiencias con Jobs que llamaría “formación de carácter”; sin embargo, una fue más personal. “El primero de marzo de 1989, Steve llamó para hablarme sobre una negociación, y como era Steve tomé la llamada, aun cuando la noche anterior me había enterado de que mi padre había muerto de repente durante un viaje de negocios a París. Cuando le dije a Steve lo que había pasado, dijo: ‘¿Entonces por qué estás trabajando? Necesitas irte a casa. Llego enseguida’.   Se da cuenta de todo    Emily Brower Auchard, quien trabajó en el equipo de relaciones públicas para Steve en NeXT Auchard dice que Jobs se daba cuenta de todo y que comentaba el detalle más mínimo. “Una de mis tareas era sentarme en las entrevistas de prensa con Steve y tomar notas. Una vez, antes de una entrevista, me di cuenta de que llevaba puesto zapatos diferentes. Llamé a mi jefa para pedirle consejo. Dijo que desde luego tenía que arreglar la situación porque en definitiva Steve se daría cuenta. Así que manejé como un maniaco al centro comercial Stanford y compré un par de zapatos de repuesto en Nordstrom y después regresé a toda velocidad a las oficinas de NeXT. Fue la decisión de compra más rápida que he hecho”. apple1

 

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