Por: Rubén Fuentes y Ulrick Noel*

Desde que el ser humano habita este planeta, ha buscado tener el poder de predecir el futuro, con un alto nivel de certeza y el tiempo suficiente para prepararse y modificarlo si fuera posible. Resulta particular cómo los primeros intentos de la civilización se realizaron a través de personas que alegaban poseer habilidades extraordinarias, lo cual nos llevó a resultados decepcionantes la mayoría de las veces. Sin embargo, en la era digital, esa capacidad cada vez está más cerca de concretarse. 

Este logro es gracias a la observación y entendimiento sobre cómo las distintas tecnologías y tendencias actuales están influyendo en la manera en que la humanidad trabaja, se comunica y entretiene. Cuando se combinan, éstas pueden dar origen a otras mucho más sofisticadas que, al poderse anticipar desde hoy, tendrán un gran impacto en las organizaciones y la sociedad. 

Los CIOs y otros líderes tecnológicos han desarrollado la visión y los conocimientos necesarios para percibir las señales del entorno y elegir las innovaciones que beneficiarán a sus negocios, que los harán más ágiles y rentables, y que apalancarán su permanencia en el mercado hoy y en los años por venir. 

Con el propósito de enriquecer su perspectiva, Deloitte Consulting ha identificado en su reporte Tech Trends 2020 las principales tendencias en tecnología empresarial que tendrán un impacto disruptivo en las organizaciones en los próximos 18 a 24 meses. Desde la experiencia digital, la analítica, la nube, la realidad digital y las tecnologías cognitivas, hasta blockchain, el negocio de TI, el riesgo y la modernización, son nueve las macro fuerzas tecnológicas que conforman la columna vertebral de su innovación y transformación.

Más importante aún, nos ayuda a tener una visión más clara de tres nuevas macro fuerzas que ya se vislumbran en el horizonte: la experiencia ambiental, la inteligencia exponencial y el cómputo cuántico, resultado de la conjunción orgánica de sus antecesoras y que pueden ayudar a trazar una ruta más directa hacia el futuro. Demos un breve vistazo a lo que son cada una de ellas. 

La experiencia ambiental representa un entorno en el que se entrelazan lo físico y lo digital con tal simplicidad que han logrado que existan formas naturales, intuitivas y subconscientes de interactuar con tecnologías complejas. Pantallas, sensores y toda clase de dispositivos sirven de puente para interactuar con interfaces máquina a máquina, el Internet de las Cosas, identidades digitales y el cómputo extrasensorial, por ejemplo. 

Por su parte, la inteligencia exponencial es, en otras palabras, superinteligencia capaz de generar algoritmos, predicciones confiables y respuestas automatizadas en dominios complejos, dinámicos y en constante evolución. Mediante redes neurológicas, deep learning, cómputo semántico y visualización avanzada, entre otros, se crearán algoritmos que interactuarán entre sí para generar nuevas ideas que a los humanos no se les hubieran ocurrido.

En tanto, el cómputo cuántico aprovecha las dinámicas quantum para liberar nuevas cargas de trabajo e insights. En él confluyen innovaciones avanzadas como SDKs quantum avanzados, algoritmos quantum nativos, machine learning quantum y otros avances que llevan el cómputo a un nuevo y alto nivel de procesamiento. 

En conjunto, estas tres macro fuerzas tecnológicas avivarán el interés de ver más allá de lo nuevo y anticipar lo que vendrá. Al mismo tiempo, ampliarán su capacidad de hacer una planeación mejor informada y trazar la ruta hacia el próximo horizonte. La velocidad en que lo hagan dependerá en gran medida de los objetivos de negocio y las necesidades de cada organización, así como de su deseo de ser punta de lanza de sus industrias.

Contacto:

Rubén Fuentes, Socio de Estrategia y Transformación Tecnológica y Ulrick Noel, Senior Manager de Innovación en Consultoría, Deloitte México 

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.