En este mundo democrático, las marcas y los servicios están al mismo nivel que cualquier usuario. No gozan de ningún privilegio.   Por Geraldina Jiménez*     Recientemente, al preparar una clase sobre el Mundo Digital, y tratando de aterrizar en una hora una introducción a este mega universo, volví a retomar una palabra que para mí resume  y concreta (y en la que creo con todo mi ser) esta nueva manera de vivir virtualmente, y es: Democracia. Democracia, en su más pura definición, es una organización social en la que todas las decisiones son colectivas y adoptadas mediante la participación. En el mundo digital, cualquiera, y con esto quiero decir CUALQUIERA, puede opinar, criticar, aplaudir, cantar (aunque no cante nada bien), actuar, escribir, dibujar, producir, mezclar, re-mezclar, citar, fotografiar o grabar lo que sea. Y absolutamente nadie tiene derecho a impedirlo. Así lo entendemos como usuarios. El problema es cuando nos ponemos el otro sombrero, el del lado de las empresas o marcas. Seguimos creyendo que podemos manejar esta cancha. Que nadie nos va a criticar, que son unos cuantos, que podemos tenerlos encantados con frases, que podemos seguir por la vida sin conocerlos y esperar que nos sigan comprando o queriendo, nada más porque sí. Antes de cualquier estrategia de comunicación o de negocio, un buen ejercicio es pensar en cómo somos como consumidores. Pero analizarlo realmente, sin ningún maquillaje, porque este mundo es totalmente transparente. Hagámonos preguntas tan simples como: ¿Lo vería?, ¿le dedicaría  cinco minutos de mi tiempo?, ¿haría alguna diferencia en mi vida?, ¿me sirve de algo?, ¿cambiaría mi opinión?, ¿le creería? Dediquémonos a conocer de cerca a nuestra audiencia. Nunca antes en la historia habíamos tenido tan a la mano tanta información en tiempo real acerca de gustos, costumbres, tendencias. Nunca habíamos tenido la oportunidad de conversar con usuarios de todos los rincones del país y del mundo acerca de nuestra marca o servicio, saber sus gustos, sus sentimientos y poder llevar esto a una relación. En este mundo democrático, las marcas y los servicios están al mismo nivel que cualquier usuario. No gozan de ningún privilegio. Como todo, tiene sus ventajas y desventajas. Pero como siempre, los que lo entienden bien y actúan primero tienen garantizado el share de corazón de la audiencia.   *Geraldina Jiménez es directora en Digital Arts Network   Contacto: www.digitalartsnetwork.com.mx Twitter: @TBWADAN_MX   *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Presupuesto 2014: ¿Y la refinación?
Por

Un recorte en el presupuesto de Pemex Refinación definitivamente impactará a las 50,000 empresas del sector hidrocarburo...