La reforma fiscal contempla un gravamen especial de un peso por litro a las bebidas azucaradas, entre ellas los refrescos, los cuales pagan actualmente el impuesto al valor agregado (IVA) del 16%.   Reuters   La industria de refrescos de México dijo el lunes que un nuevo impuesto propuesto por el Gobierno a las bebidas azucaradas como parte de un paquete económico haría poco por combatir la obesidad y golpearía a las empresas y a los consumidores, especialmente a los más pobres. El presidente Enrique Peña presentó el domingo una iniciativa de reforma fiscal que contempla un gravamen especial de un peso por litro a las bebidas azucaradas, entre ellas los refrescos, los cuales pagan actualmente el impuesto al valor agregado (IVA) del 16%. “Nos parece que no abona a resolver el problema de la obesidad”, dijo a Reuters el director de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos, Emilio Herrera. “El impuesto representa entre un 15 y un 20%, y se recarga en muchísima mayor proporción en las familias de menores ingresos de este país”, agregó el dirigente. México, un país con 117 millones de habitantes, tiene un consumo de cerca de 163 litros de refresco per cápita, uno de los más altos en el mundo, y el Gobierno espera recaudar 12,000 millones de pesos (unos 915 millones de dólares) con el nuevo impuesto. Los mayores embotelladores Coca-Cola en México son Coca-Cola FEMSA y Arca Continental, mientras que la de Pepsi es Cultiba. Herrera dijo que el nuevo gravamen causaría una caída en los volúmenes de la industria, lo que a la larga incidiría en toda la cadena productiva que inicia desde los productores de azúcar y fruta, y llevaría eventualmente a la pérdida de empleo e inversiones.

 

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