China es un país considerado una superpotencia en muchos ámbitos deportivos, como la gimnasia o los clavados, pero desde hace unos cuantos años busca ser también potencia en el futbol. Muchos de los equipos de la SuperLiga China han desembolsado grandes cantidades de dinero para llevarse a jugadores de primer nivel para hacer crecer su competición. Desde Robinho hasta Tévez más de una decena de jugadores han preferido los millones chinos a la calidad de jugar en Europa u otras ligas. La Federación China de Futbol (CFA) impuso un nuevo impuesto de 100% sobre los fichajes de extranjeros. Es decir, los clubes tendrán que pagar la misma cantidad que dieron por un jugador extranjero a un fondo común para el desarrollo del futbol base en el gigante asiático. Esta nueva norma entrará en vigor a partir del 19 de junio, día en el que se abre el mercado de fichajes en China, y deberá ser pagado únicamente lo pagarán aquellos clubes que no estén saneados económicamente y decidan fichar algún jugador extranjero. Así, el objetivo del impuesto es evitar que clubes en condiciones económicas precarias se endeuden aún más con el fin de mejorar su rendimiento, lo que finalmente genera la duda de cómo pretenden hacer de la SuperLiga China una potencia si se va a sancionar a los clubes que pretendan desembolsar una gran cantidad por un extranjero sin tenerla. Por lo general son los grandes nombres los que venden camisetas, llenan estadios y provocan que más inversión entre a los equipos o deporte. Otra de las normativas impulsadas desde la CFA es la limitación a 3 extranjeros por partido y la inclusión de al menos dos jugadores sub 23 en la lista de convocados y de ellos, uno tiene que arrancar como titular y otro estar en el banquillo. Además, la nueva modificación contempla que sea obligatorio el mismo uso de extranjeros que jugadores sub 23 por partido. Lo que no especifica si deben arrancar de titulares los sub 23 o pueden entrar como cambio durante los partidos. Son medidas muy claras y que dejan muy poco lugar a la interpretación demostrando la seriedad con la que los órganos rectores del balompié en China se están tomando el desarrollo del deporte en su país, comprendiendo que se deben invertir en los jóvenes del país para poder crecer y lograr en algún momento su objetivo de ser potencia.

 

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