Los precios minoristas en Estados Unidos bajaron de forma imprevista en agosto, pues el índice de precios al consumidor cayó 0.1%, lo que complica la decisión de la Reserva Federal de subir sus tasas.   Reuters WASHINGTON.  Los precios minoristas de Estados Unidos bajaron imprevistamente en agosto al reanudar su caída el costo de la gasolina y por un dólar más fuerte que contuvo los precios de otros productos, lo que apunta a una inflación tibia que complica la decisión de la Reserva Federal sobre un alza de las tasas de interés. El Departamento de Trabajo informó que su índice de precios al consumidor cayó 0.1%, la primera baja desde enero, tras subir 0.1% en julio. En los 12 meses a agosto, el IPC subió 0.2%, tras un avance similar en julio. Las señales de reafirmación de la tendencia de desinflación contrastan mucho con el estado bastante saludable de la economía y el rápido ajuste del mercado laboral, y ponen de relieve el dilema que enfrentan las autoridades de la Fed mientras evalúan un alza de tasas por primera vez en casi una década. El Comité Federal de Mercado Abierto, que fija la política monetaria de la Fed, comenzará este miércoles 16 de septiembre una reunión de dos días en la que decidirá qué hace con las tasas de interés. “Se puede hacer una fuerte defensa de ambas opciones, que la Fed empiece a subir las tasas de interés o que espere”, dijo Ryan Sweet, de Moody’s Analytics en West Chester (Pensilvania). “Una aproximación prudente de manejo de riesgos abogaría por esperar, pero si la Fed depende realmente de los datos, hay fuertes motivos para subir las tasas el jueves”, agregó. Los mercados financieros estiman que hay 29% de posibilidades de un despegue en las tasas referenciales de la Fed mañana jueves 17 de septiembre, similar a antes de la publicación de los datos de inflación. Un sondeo de Reuters de 80 economistas mostró que 45 creen que el banco central estadounidense mantendrá sus tasas de interés a corto plazo cercanas a cero. El ajuste de las condiciones del mercado laboral, marcado por un récord histórico de creación de puestos de trabajo y una tasa de desempleo del 5.1%, no ha impulsado hasta el momento un incremento más rápido de los sueldos. El flojo avance salarial y la fortaleza del dólar contribuyeron a mantener la inflación por debajo del objetivo de 2% de la Fed. Economistas estimaban un IPC sin cambios en agosto y con un alza de 0.2% respecto a hace un año. El llamado IPC subyacente, que descarta los costos de los alimentos y la energía, subió 0.1% el mes pasado, tras un incremento similar en julio. El casi nulo incremento reflejó el impacto del dólar en el costo de los productos importados. El dólar se ha apreciado 17.1% frente a las divisas de los principales socios comerciales de Estados Unidos desde junio de 2014. En los 12 meses a agosto, el IPC estructural subió 1.8%, la quinta vez en seis meses que refleja un incremento de ese valor. La Fed analiza el índice de precios basado en el consumo personal, sin contar alimentos ni energía, que está bastante por debajo del IPC subyacente.

 

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