Aunque un incremento moderado de precios puede sonar primero como una buena noticia, también puede ser un síntoma de debilidad en crecimiento, consumo y menor calidad en los empleos.   Miguel Mancera Aguayo, gobernador del Banco de México de 1994 a 1997 e impulsor de la autonomía del instituto, dijo en una conferencia el 15 de octubre de 2013 que el banco central aún tenía tarea pendiente: mantener la inflación por debajo de 4%. Y para eso, los precios de los combustibles y la electricidad debían calmar su escalada constante. “Es una tarea pendiente, muy difícil de abordar, pero estos precios no pueden subir eternamente y jalar el índice (de precios) hacia arriba. Hay que encontrar fórmulas para que no suban tanto”, dijo Mancera Aguayo en la conferencia celebrada por Banxico para conmemorar sus 20 años de autonomía. En los cuatro primeros meses de 2015, la inflación se ha mantenido por debajo de 4% y la subyacente por debajo de 3%. Dos de las principales razones son el efecto comparativo con 2014, cuando subieron varios impuestos derivado de la reforma fiscal, y la desaceleración en los precios de gasolina y las tarifas eléctricas. Pero también hay otros dos factores que pueden estar incidiendo en una inflación en mínimos históricos: consumo débil y empleo precario, ambos derivados del frágil crecimiento de los últimos años en el país.   Una inflación en mínimos históricos Desde el inicio de 2015, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ha mantenido en mínimos de 14 años, cuando la inflación presentaba incrementos de doble dígito. En enero, el INPC tuvo un avance de 3.07% a tasa anual, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En el mismo mes del año pasado fue de 4.48%. Con respecto a diciembre de 2014, la inflación tuvo un retroceso de 0.09%. Una de los principales razones de la baja fue la eliminación del cobro de larga distancia nacional y la reducción de la internacional, además del efecto comparativo con el primer mes de 2014, cuando entraron varios aumentos de impuestos, derivados de la reforma fiscal. En febrero, la inflación se ubicó en 3% a tasa anual, ayudada por la reducción de 0.88% en productos agropecuarios y el incremento de sólo 0.11% en energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno. Un mes después, en marzo, la inflación avanzó 0.41% respecto a febrero, pero a tasa anual se situó en 3.14%, menor que en igual mes de 2014, cuando fue de 3.76%, apoyada de nuevo por las tarifas eléctricas, de acuerdo con cifras del Inegi. En abril, el INPC tuvo un retroceso de 0.26% respecto a marzo, y a tasa anual se ubicó en 3.06%. La inflación subyacente, de la cual se excluyen los productos y servicios con precios más volátiles, fue de 2.31%.   Consumo también baja… Aunque las bajas en algunos servicios y el efecto disipado de la reforma fiscal contribuyeron a atemperar la subida de precios, también es cierto que el consumo sigue descendiendo en los últimos años. Las ventas en tiendas iguales (que tienen más de un año en operación) crecieron 4.6% en 2012, pero cayeron hasta 0.1% en 2013 y 0.9% en 2014, de acuerdo con registros de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD). Para abril de este año, las ventas en tiendas iguales tenían un avance de 2.4%. El consumo privado tiene una participación de aproximadamente 53% del total del Producto Interno Bruto (PIB) del país, establece un análisis de Banco Base. Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de la institución bancaria, señala que la baja inflación se explica asimismo por el débil desempeño económico, y el factor psicológico también incide en el consumo “El bajo precio del petróleo también genera desconfianza entre los consumidores. Cuando noticias como el tipo de cambio en máximos históricos y un precio del petróleo que ha caído hasta 60% llegan a primera plana, aunque la gente de a pie no sepa exactamente cómo esto le puede afectar o beneficiar, genera miedo y un desincentivo para consumir”, agrega. Para muestra, el sector de servicios de esparcimiento culturales y deportivos, y otros servicios recreativos, disminuyó 0.85% en 2014, según el análisis de Base.   Y los empleos de menor calidad aumentan En el primer trimestre, la tasa de desocupación se ubicó en 4.2%, inferior al 4.8% registrado en el mismo periodo del año pasado, de acuerdo con el Inegi. Pero la disminución de los niveles de desempleo no significa que los trabajos creados no sean de mejor calidad. En el periodo reportado, las personas que ganan hasta dos salarios mínimos al día (2,075 pesos al mes) se incrementaron en 598,615 personas, es decir, 5%, mientras que el número de personas que ganan hasta 3 salarios mínimos disminuyó 8.4%, se desprende del reporte Mala calidad en el empleo, las consecuencias del bajo crecimiento económico, del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Estado de México. El número de personas que ganan de tres hasta cinco salarios mínimos subió 3.9%, mientras que los que ganan más de cinco salarios sólo 0.2%. No sólo los ingresos bajaron, sino la calidad de los empleos. El número de personas que obtuvieron un empleo sin prestaciones laborales aumentó 2.3%, y los que tienen prestaciones subieron sólo 1.1%. El empleo temporal también aumentó: 5.7% más respecto al mismo trimestre de 2014, mientras que el de base, planta o por tiempo indefinido disminuyó 3.2%, y el número de empleos sin contrato escrito ascendió 4.6%. “Las tasas de crecimiento económico de nuestro país en los últimos años no han permitido crear los empleos de calidad que la nación requiere, de tal forma que las condiciones del mercado laboral se han deteriorado constantemente, afectando los niveles de bienestar de la población”, indica María Fonseca Paredes, directora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México, y autora del reporte.   Aumento de tasas, otro riesgo En la minuta de la decisión de política monetaria del 30 de abril, la junta de gobierno de Banxico reconoció que las condiciones de holgura en la economía (crecimiento por debajo del potencial) también contribuyeron a que los incrementos de precios en servicios en general hayan disminuido. El banco central está atento al momento en que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos aumente las tasas para hacer lo propio, pero existe el riesgo de que así se atrase aún más la recuperación del país. Aunque la inflación baja suene como una buena noticia, puede esconder otras malas, como un crecimiento débil y empeoramiento de la calidad de vida.

 

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