El Departamento del Trabajo dijo el miércoles que su índice de precios al consumidor (IPC) subió 0.1% el mes pasado tras avanzar 0.3% en junio, en su sexto mes consecutivo de aumentos.   Reuters Los precios al consumidor en Estados Unidos subieron levemente en julio por un aumento marginal en los costos de la gasolina y de los alimentos. Sin embargo, un fuerte incremento en los precios de la vivienda sugirieron que las presiones inflacionarias se están estabilizando lo suficiente como para respaldar expectativas de un alza de tasas de interés este año. El Departamento del Trabajo dijo el miércoles que su índice de precios al consumidor (IPC) subió 0.1% el mes pasado tras avanzar 0.3% en junio, en su sexto mes consecutivo de aumentos. “La inflación modesta no debería impedir que la Fed eleve las tasas de interés este año. Los precios están tocando fondo”, comentó la economista senior de BMO Capital Markets Jennifer Lee, en Toronto. La vivienda, que responde por un tercio del IPC, se disparó 0.4%, el mayor incremento desde febrero de 2007, y luego de un alza de 0.3% en junio. En la comparación interanual, el IPC subió 0.2% en julio. Fue el segundo mes consecutivo de alzas del IPC interanual luego de que un desplome en el precio del crudo lo llevó a terreno negativo en enero. Las señales de disminución en la tendencia desinflacionaria, combinadas con una mejoría del mercado laboral y un fortalecimiento del sector de la vivienda, podrían dar confianza a la Fed de que la inflación finalmente subirá hacia su meta de 2%. “Los funcionarios de la Fed dejaron claro que no necesitan ver una inflación más alta antes de elevar (las tasas de interés). Sólo necesitan tener una confianza razonable de que volverá al mandato”, comentó Michelle Girard, la economista jefe de RBS en Stamford, Connecticut. La mayoría de los economistas prevén que el banco central estadounidense eleve sus tasas de interés a corto plazo el próximo mes por primer vez en casi una década. Pero el ritmo de endurecimiento monetario probablemente será gradual, dado el efecto disipador de la fortaleza del dólar en la inflación, la renovada debilidad del petróleo y de los precios de otras materias primas, y la devaluación china del yuan, que debería reducir los precios de las importaciones. Economistas consultados en un sondeo de Reuters proyectaban que el IPC subiría 0.2% en julio frente a junio y 0.2%  en la comparación interanual. Los precios de los bonos del Tesoro de Estados Unidos subieron por un breve lapso tras la publicación del dato, pero luego volvieron a caer, mientras que el dólar operaba levemente al alza frente a una cesta de monedas. El denominado IPC subyacente, que excluye los costos de los alimentos y de la energía, subieron 0.1% el mes pasado tras avanzar 0.2% en junio. En los 12 meses hasta julio, el IPC subyacente aumentó 1.8%.

 

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