Analistas coinciden en que la mayor operación en la historia de la empresa estadounidense es un movimiento para asegurar y protegerse de sus rivales en el negocio de las bases de datos.   Reuters La compra de Intel Corp al fabricante de chips programables Altera Corp por 16,700 millones de dólares es un costoso movimiento defensivo para protegerse de sus rivales en el negocio de base de datos que domina, dijeron analistas. La mayor adquisición realizada en la historia de Intel permitirá a la compañía con sede en California ofrecer el doble de la potencia cuando sus procesadores Xeon usados en los computadores se combinen con los chips programables de Altera. Con una industria de las computadoras de escritorio estancada y poco progreso en los teléfonos inteligentes, la venta de chips para servidores de gama alta es una fuente cada vez más importante de beneficios. “El acuerdo en su conjunto es un movimiento defensivo para la base de datos”, dijo el analista de Bernstein, Stacy Rasgon, que interpretó la negociación como un reconocimiento por parte de Intel de que se estaba haciendo más difícil conseguir mejores resultados. Cuestionó las proyecciones de Intel para el mercado de chips programables, que se basa en el uso de centros de datos y la creciente instalación de los chips de Intel en objetos cotidianos que están conectados a Internet. “Creo que sus metas de crecimiento son ridículas”, dijo. “Ellos piensan que van a crecer 7% al año, pero Altera se encogió 2% al año en los últimos tres años”.

 

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