- La caída del Valor Agregado Manufacturero como parte del PIB, que se produce porque la industria nacional no puede competir contra las importaciones ni en los mercados de exportación.
- El descenso del empleo en la industria manufacturera, a medida que la mano de obra abundante y barata es sustituida por las nuevas tecnologías.
- Mayor dependencia del extranjero y el cierre de empresas que no pueden competir en entornos de economía abierta.
- Carencia de condiciones e infraestructura nacional para competir, cuya creación o transformación no es expedita y requiere grandes inversiones.
Internacionalización, reto para las Pymes
Si se desarrolla la capacidad exportadora mediante el incremento en la competitividad y la calidad de las empresas, y se asume que la región ahora es el mercado, se pueden tener muy buenos resultados.
La integración económica está tomando gran fuerza en los contextos regional e internacional. Mientras en el pasado predominó en la región la estrategia de sustitución de importaciones, en el presente los países latinoamericanos se orientan hacia la privatización de sus economías, la desregulación y la apertura comercial.
En este sentido, se plantean enormes retos para las empresas que desean participar en los esquemas de integración, cuyo objetivo final es la concepción de un regionalismo abierto.
Este regionalismo se traduce en “el proceso que surge de conciliar la interdependencia nacida de los acuerdos especiales de carácter preferencial y aquella impulsada básicamente por las señales del mercado resultantes de la liberación comercial en general.’’ (Cepal, 1994).
El proceso inicia con la reducción de aranceles, un esquema que de manera natural acompaña a todo proceso de liberalización de los mercados y contribuye a abaratar el precio relativo de los productos importados y, como consecuencia, el de los bienes nacionales que compiten con ellos; posteriormente, continúa con los métodos de desregulación.
El resultado es el crecimiento de las importaciones sobre las exportaciones, lo que provoca desequilibrios en la balanza comercial.
Podemos decir que los pasos acelerados que se dan ante la tendencia de regionalización empatan con el proceso de globalización que impulsan las empresas transnacionales, generando consecuencias: