Después de haber colapsado con la entrada del nuevo milenio, el negocio multimillonario de los servicios satelitales tiene esperanzas de renacer comunicando a los países en desarrollo. Entérense.   Por David M. Ewalt   Durante un tiempo, parecía que el cielo se estaba cayendo para el negocio de los satélites. En abril de Boeing terminó una ronda de compras en su unidad de Espacio e Inteligencia, que forma parte de un esfuerzo por reducir 300 empleados de la plantilla de la división. Pocos días después, Intelsat, la gran dama con 49 años en la industria, la mayor operadora de satélites del mundo, se anotó sólo 472 millones dólares (mdd) en una decepcionante oferta pública inicial. Luego, el Departamento de Defensa de Estados Unidos reveló que el Pentágono estaba rentando tiempo en un satélite chino, ya que no pudo encontrar a nadie más capaz de hacer el trabajo. No hace falta ser un genio para averiguar lo que está perjudicando a la industria: El despliegue de miles, incalculables cables de fibra óptica desde la década de 1990 reduce la dependencia de los satélites para la transmisión de datos a larga distancia, y las tecnologías celulares y Wi-Fi conectan a miles de clientes sin necesidad de cables. El antiguo brillo de la televisión comercial por satélite recibe una paliza cada vez que un consumidor opta por descargar archivos multimedia directamente desde Internet. El gobierno de EU, que obtiene el 80% de su uso del satélite militar de operadores comerciales, según la consultora de espacio y telecomunicaciones Euroconsult, también está recortando su uso. En su último trimestre el negocio de Intelsat con el gobierno disminuyó 2% a 125.8 millones dólares, y la compañía ajustó sus proyecciones de ingresos 2013 a la baja para reflejar “el modestamente menor gasto del gobierno de EU en los servicios de comunicaciones vía satélites comerciales”. Pero a pesar de los signos de fatalidad, la industria de los satélites podría —sorprendentemente—haber empezado a mejorar, gracias a los nuevos clientes en los mercados emergentes y un millón de pequeños aparatos de transmisión de datos en todo el mundo. La edad de oro de la industria de los satélites terminó cuando la industria mundial de las telecomunicaciones se desplomó en 2001, lo que llevó a la disminución de los ingresos y la demanda de capacidad. La industria se recuperó levemente en 2005 y registró un crecimiento anual de ingresos de entre el 5% y el 10% hasta el 2011. En 2012 los ingresos mundiales por servicios prestados por empresas operadoras de satélites cuyos dispositivos geoestacionarios proporcionaron servicios de telefonía y datos, y además alimentaron estaciones de televisión crecieron un 5% a 12,300 mdd. Las acciones de Intelsat subieron 35% desde su precio de salida a bolsa en abril, y a otros líderes de la industria también están yendo bien. El proveedor de TV vía satélite, DirecTV, ha subido 26% este año entre rumores de que la compañía podría adquirir el servicio de streaming de video Hulu. Las acciones de cable y satélite superaron significativamente al S&P500 en 2012 (un 55% frente a 24%), de acuerdo con Credit Suisse. “En el corto plazo, lo que está impulsando nuestro crecimiento es el negocio de los medios”, dice Dave McGlade, director general de Intelsat, con sede en Washington, DC, “y eso se debe a que la demanda de capacidad en lugares como América Latina y Rusia, y el crecimiento de televisión directo al hogar en todo el mundo. “Fuera de Europa Occidental y América del Norte, el boom de la fibra óptica nunca sucedió.” Si los clientes de Intelsat de los medios que utilizan satélites para transmitir sus programas de televisión a sus afiliados locales y distribuidores regionales quieren llegar a los espectadores, tendrán que poner la señal en un satélite. Además, a medida que proliferan nuevos canales y más redes nacionales salen a otros paíes (como BBC América y Al Jazeera América), la demanda de servicios de Intelsat deberá crecer. Las perspectivas son aún mejores cuatro o cinco años en el futuro, cuando las emisiones de televisión en “ultra alta definición” (Ultra High Definition o UHD) demandarán grandes cantidades de ancho de banda satelital. Los formatos planeados de UHD en 4320p son mucho más grandes que los de la señal de HDTV actuales. En 2012 los ingresos de Intelsat fueron de 2,610 mdd, con una pérdida neta de 146.6 mdd. La compañía mostró una modesta mejora con un crecimiento anual en el primer trimestre de 2013, registrando una pérdida neta de 7.8 millones en ingresos que se incrementaron 1.7%. A largo plazo, los servicios satelitales llevarán Internet de alta velocidad a los lugares donde la fibra óptica y el cable no pueden, demostrando aún más su importancia, dice McGlade. En las grandes ciudades de África, Asia y América del Sur, la mayoría de las veces los consumidores se conectan a Internet a través de lentas redes celulares. A medida que demandan más ancho de banda, las únicas manera en que las empresas de telefonía podrán ofrecer un mejor servicio es mediante el uso de conexiones de datos vía satélite. En las áreas remotas de África, Orange PLC (propiedad de France Telecom) ofrece servicios de voz y datos a través de estaciones impulsadas por energía solar conectadas a Internet vía satélite. Soluciones similares prometen conectividad barata en cualquier parte del mundo, sin ninguna conexión física a la red. El CEO de Iridium Communications, Matt Desch, tiene una visión similar, pero está enfocado en un estrecho ancho de banda para comunicación “máquina a máquina” a través de la venta y servicio de módems del tamaño de una moneda de 50 centavos que puede enviar y recibir pequeños bloques de datos directamente al espacio. “Vendrán en todo tipo de dispositivos, desde rastreo de camiones, maquinaria, petróleo y gasoductos, vagones de ferrocarril. … Están en boyas en el océano para dar seguimiento de tsunamis o facilitar la pesca”, dice Desch. En mayo Iridium, con sede en McLean, Virginia, anunció un acuerdo con Caterpillar para insertar sus dispositivos en equipos de minería y construcción para que los propietarios puedan realizar un seguimiento de todo, desde la ubicación de una máquina hasta su combustible. Varias empresas de transporte por carretera ya utilizan los dispositivos para delatar a los conductores si utilizan su teléfono celular mientras conducen o recoger a un autoestopista. En 2012 Iridium publicó ganancias anuales de 64.6 mdd, un 58% más respecto al año anterior, aunque los ingresos se mantuvieron en 383.5 mdd. Por supuesto, los inversionistas han escuchado nobles promesas de la empresa, las cuales se han estrellado rápidamente en Tierra. La encarnación original de Iridium, Iridium SSC, lanzó su servicio de telefonía satelital mundial en noviembre de 1998. Entró en bancarrota sólo nueve meses después. Y a pesar de la caída en los precios de lanzamiento gracias a las nuevas startups de cohetes espaciales, como SpaceX de Elon Musk, administrar toda una constelación de satélites era —sigue siendo— un negocio muy costoso. Sin embargo, Desch insiste en que el mercado ha cambiado: “El mundo se está moviendo de conectar a las personas a conectar ‘cosas’, y ésta es la mejor manera de conectar las cosas en el 90% del mundo.”

 

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