Al 2016, México era el segundo importador de maíz en el mundo, sólo por debajo de Japón, un escenario que podría cambiar si se mejora la calidad de las semillas y se controla la evolución de dicho grano mediante el uso de tecnología especializada, de acuerdo con UPL, una empresa de soluciones agrícolas originaria de la India que recientemente anunció su nueva etapa tras la compra de Arysta LifeScience, especializada en el mercado de agroquímicos. “Brasil importaba tanto como México, pero ahora exporta porque empezó a invertir en semillas, nutrición de las plantas y control de la evolución de la planta…Es completamente inaceptable que México siga importando, a pesar de toda la extensión de ese grano. Hay soluciones y formas de tener un cultivo saludable y con más rendimientos para producir más y no depender de las importaciones”, comentó Flavio Prezzi, asesor global en UPL. De acuerdo con el especialista, existen soluciones como bioestimulantes agrícolas que aumentan la resistencia al sol y la producción de las semillas, para incrementar la productividad. “Se necesitan de semillas de calidad y el gran problema de los productores es que mantienen su propia semilla y son de bajo vigor y ADN”, añadió Prezzi. La producción de maíz amarillo (para la industria o fabricación de alimentos balanceados) sólo satisface al 23.95% de las necesidades nacionales, en tanto que la del maíz blanco (que se destina principalmente al consumo humano como en las tortillas) cubre la totalidad de los requerimientos, de acuerdo con el análisis de Planeación Agrícola Nacional (2017-2030) de la antes llamada Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). Para ambos tipos de grano, el principal mercado desde donde se realizan las importaciones es Estados Unidos. Al 2016, México importaba 14.09 millones de toneladas y exportaba 1.66 millones, añaden datos de la secretaría. El mercado nacional se encontraba en el segundo lugar en las importaciones mundiales, sólo por debajo de Japón y por encima de Corea del Sur, Vietnam, España, Irán, Colombia, Italia y Taiwán, indica el documento. Por su parte, Jagdish Nainwal, encargado de la región de Latinoamérica de UPL, señaló que la firma con más de 25 años en el territorio mexicano busca ayudar a los productores nacionales a aumentar su productividad, pese a la escasez de agua y suministro de energía eléctrica en algunas regiones del país. “Nuestro enfoque es aumentar la productividad de los agricultores y también desarrollar productos más sostenibles”, comentó Nainwal en conferencia de prensa. Inversión en el campo mexicano es necesaria De acuerdo con los especialistas, el campo mexicano tiene potencial, por lo cual es necesario que el gobierno siga invirtiendo en dicho sector. “Esperaríamos que el gobierno invirtiera en agricultura porque eso significa alimentación y México con su capacidad de exportación debería de estar recibiendo aportes. Hay un potencial enorme…”, comentó Flavio Prezzi. De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2019, la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural sufrió un recorte de aproximadamente 9.2%, al recibir 65,434 millones de pesos (mdp). El pasado 1 de febrero, UPL anunció el cierre de la compra de la empresa estadounidense Arysta LifeScience por 4,200 millones de dólares, para operar como una sola compañía. Con dicha transacción, la empresa originaria de India se convertirá en la quinta más importante en el mundo dentro de soluciones para la industria agrícola, sólo por debajo de empresas como Bayer, Syngenta y BASF. Te recomendamos:
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