La crisis económica asociada con la emergencia sanitaria por Covid-19 reta al mundo entero, en todas sus esferas y niveles. Ese reto debe responderse de manera concreta y como resultado de cooperación y convergencia del sector privado y el gobierno, especialmente en nuestras capitales económicas y políticas.

Del sector privado dependen millones de familias. Del sector privado formal dependen poco más del 40 por ciento de los empleos y del informal el resto de aquellas posiciones que no son gubernamentales.

Dada su relevancia social, los empresarios han distinguido diversos modos de interlocución del gobierno. Ellos son más o menos problemáticos.

Desde mi punto de vista, existen tres grandes sectores desde donde la narrativa se construye en lo local y nacional: 1) el discurso adversarial característico del presidente nacional de Coparmex, Gustavo de Hoyos, concentrado en evidenciar las que supone deficiencias del titular del Poder Ejecutivo nacional; 2) el que se basa en un tipo de concertación con predominancia de Nuevo León, con amabilidad en la forma, pero firme y a veces duro encabezado por el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar Lomelín y, 3) un espacio que implica coordinación y cooperación sin abandonar la reivindicación de la agenda empresarial y donde existen actores como el presidente de Coparmex Ciudad de México, Armando Zúñiga Salinas, y de casos de cooperación activa programática como el presidente de la Canaco capitalina, Nathan Poplawsky Berry, presidente también del Consejo Económico, Social y Ambiental de la CDMX. En lo nacional, destaca también el presidente de la Concamin, Francisco Cervantes Díaz.

Al lugar común de afirmar que el diálogo es necesario, debe seguir una apuesta activa empresarial y gubernamental que construya los espacios requeridos por la reactivación económica.

Parece haber dos estilos: uno federal, por supuesto a cargo del presidente Andrés Manuel López Obrador y, otro local, que la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum preside en la capital nacional.

Las diferencias entre ambos son más de forma que de fondo. La agenda de la 4T incorpora lo empresarial en ambos casos siempre después de lo social.

Nadie debería llamarse a engaño en la medida en que ese énfasis social es el que ganó en la elección del 2018.

Al mismo tiempo, el gobierno está en condición de reconocer la interlocución con el empresariado cupular… siempre que éste se halle en una situación de sensibilidad frente a lo social.

Un futuro digno, basado en lo que considero un plan eficaz de reactivación económica, depende de la interacción de los gobiernos con la representación empresarial.

Las PyMes en estos tiempos están en el centro de las soluciones post Covid. Merecen, quienes respetaron la ley y actuaron con la solidaridad, aplausos. Mayormente, así se encuentran formas de construir puentes para transitar en la crisis económica que ha iniciado.

Contacto:

* Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México

TW: @guerrerochipres

www.consejociudadanomx.org

Twitter: @elconsejomx

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Redes sociales y libertad de expresión en tiempos de infodemia
Por

En tiempos de infodemia, la interacción entre funcionarios públicos y la comunidad digital en Twitter muestra los difíci...