Por María Elena Esparza Guevara

En 1945, una de cada cuatro mujeres casadas trabajaban fuera de casa; llenaron las fábricas ante la ausencia de los varones que se habían tenido que enlistar en el Ejército durante la Segunda Guerra Mundial. Pero en cuanto terminó el conflicto armado, ellas tuvieron que ceder la mayor parte de esas posiciones y regresar al hogar a su rol de madres y cuidadoras. 

El mundo público volvió a ser de los hombres y a las mujeres les fue reservado el espacio privado. En ese contexto ascendió al trono británico una joven Isabel II; tenía 25 años cuando se enfrentó al reto de estabilizar a una sociedad marcada por el duelo, destrucción y crisis económica. Las lecciones de aquellos años y los desafíos a los que respondió con entereza durante su reinado son, en sentido amplio, pilares del liderazgo que hoy se enseña en miles de cursos en el mundo.

Sugiero un ejemplo de esas mismas tierras: en 2022, el Programa de Liderazgo de Mujeres de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, ofrece lecciones que bien pueden ser ejemplificadas a través de momentos clave del reinado de Isabel II, una mujer que abrió brecha para millones más. Comparto tres.

Apertura a otras opiniones. A pesar del profundo conocimiento geopolítico que tenía, la reina Isabel II fue referida siempre como una persona dispuesta a escuchar a los demás. Presidentes, activistas y hasta críticos reconocieron en ella su apertura para recibir asesoría. Era una mujer que cambiaba de opinión. Hoy, en Oxford se enseña que la conciencia de no tener la respuesta a todo y estar dispuesta a pedir ayuda cuando la necesitas es un diferenciador en el camino como líder.

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Eres tan buena como tu equipo. Isabel II entendió y comunicó que su equipo era la ciudadanía; si bien hubo momentos de crisis en su imagen y aprobación —como cuando el pueblo le reclamaba mostrar su dolor por la muerte de la Ley Di— ella supo escuchar, adaptarse y responder. Hace apenas dos años, cuando la pandemia de Covid-19 sumió al mundo en una depresión colectiva por el confinamiento, la reina de entonces 94 años emitió una serie de mensajes de aliento que levantaron el ánimo de los millones de personas que veían en ella una figura de autoridad moral.

Lidera como mujer. En el programa de Oxford se habla del liderazgo gynandrus, consistente en desarrollar capacidades en las mujeres que ocupan posiciones de  mando, decisión o influencia en una organización para que en lugar de emular el estilo masculino o adoptarlo para sobresalir, no solo mantengan sino que empoderen sus características femeninas y a través de ellas se puedan “mezclar” con naturalidad y sin perder su esencia —al tiempo que la aprovechan— en los entornos  laborales que todavía hoy tienen mayor participación de los hombres. Y eso es precisamente lo que hizo Isabel II durante 70 años: practicaba escucha activa, desplegaba habilidades suaves, organizaba y ordenaba, concedía sin perder su apuesta, cuidaba acuerdos con la mira en objetivos clave.

Estas y muchas otras lecciones, diseñadas para los retos de un mundo post-pandemia, donde la realidad virtual a veces pesa más que la del mundo material y en el que la igualdad sustantiva cada vez pesa e influye más en la forma de hacer negocios y marcar agenda, se encarnan en quien será para siempre una de las mayores lideresas de la historia. De nuestros tiempos y de los que vienen, que son, sin duda, de mujeres.

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Contacto:

* María Elena Esparza Guevara es Doctorante en Historia del Pensamiento por la UP, Maestra en Desarrollo Humano por la Ibero, egresada del Programa de Liderazgo de Mujeres en la Universidad de Oxford. Fundó y dirige Ola Violeta A.C., desde donde trabaja por el derecho a la conciencia corporal de niñas y mujeres. @MaElenaEsparza

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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