La economía se expandió un 0.3%, cifra por debajo de las estimaciones de analistas que pronosticaron un 0.7%, sin embargo esperan que el crecimiento se acelere en este trimestre cuando los compradores adquieran más bienes antes del alza de impuestos.   Reuters TOKIO – La economía de Japón creció a un ritmo mucho más lento que lo esperado a fines del año pasado, lo que representa un reto para los funcionarios en momentos en que los esfuerzos de estímulo del Gobierno muestran pocas señales de haber desatado un impulso del consumo y las exportaciones. Datos decepcionantes sobre el consumo privado, la inversión empresarial y los envíos vienen en momentos en que el Banco de Japón (BOJ, por su sigla en inglés) se reúne para revisar su política ultra laxa, con los mercados esperando ampliamente que el banco central mantenga su ritmo actual de estímulo de compra de bonos. Sin embargo, es probable que aumente la presión sobre el BOJ y el Gobierno para que hagan más en los próximos meses, sobre todo si una subida del impuesto sobre las ventas prevista en abril resulta más perjudicial que lo esperado para el crecimiento. La Oficina del Gabinete dijo que la economía creció un 0.3% en el cuarto trimestre, muy por debajo de la estimación promedio de un aumento del 0.7% y tras la expansión de un 0.3% entre julio y septiembre. Este es el cuarto trimestre consecutivo de crecimiento en el país, la mejor racha en más de tres años para la tercera mayor economía del mundo. Los economistas aún esperan que el crecimiento se acelere en el trimestre en curso cuando los compradores adquieran más bienes antes de la subida de impuestos, pero cualquier decepción adicional podría incrementar la necesidad de un mayor estímulo fiscal y monetario. “No estoy tan preocupado por la demanda interna dado que un aumento de las compras antes de una subida del impuesto sobre las ventas en abril jugará un rol mayor en el trimestre actual”, dijo Taro Saito, economista del Instituto de Investigación NLI. “Lo que es más preocupante es la debilidad en las exportaciones pese al impacto largamente esperado de un yen más débil en el aumento de la demanda externa”, agregó. El crecimiento de las exportaciones se ha mantenido mustio en los últimos trimestres, debido en parte a una menor demanda en los mercados asiáticos, aunque en parte también ha subrayado el cambio de las empresas japonesas de sus plantas de producción a centros en el extranjero. El sector externo débil es una preocupación para Japón en momentos en que el estallido inicial de impulso creado por las políticas monetarias y fiscales sin precedentes del primer ministro Shinzo Abe comienza a desvanecerse. Después de décadas de crecimiento mediocre, durante las cuales China superó a Japón como la segunda economía más importante del mundo, Abe llegó al poder en diciembre del 2012 con un plan audaz para poner fin a la deflación y consolidar las reformas económicas. Sus políticas, apodadas Abenomics, ayudaron a acelerar la economía de Japón en el primer semestre del año pasado frente a muchos de sus pares en el Grupo de las Siete naciones industrializadas (G-7), pero los datos más recientes plantean dudas acerca de la estrategia de Abe. Sobre una base anualizada, la economía japonesa creció un 1.0%, por debajo de la estimación promedio de un alza del 2.8% y del crecimiento anualizado de un 3.2% de Estados Unidos en el mismo trimestre, mostraron los datos de la Oficina del Gabinete.  

 

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