Juanga el mediático

Por Gonzalo Oliveros * La muerte de Alberto Aguilera Valadez no sólo debe ayudar a entender la transformación de un país conservador y doble moral en uno seudo liberal sino, también, las necesidades de información y entretenimiento a través de la televisión. Si, Juan Gabriel es un fenómeno, un ídolo, pero un ídolo creado a partir de la radio y la televisión. En 1971, año en que lanzó al mercado su primer disco llamado “Alma Joven”, el cantautor no hubiera tenido la difusión necesaria para convertirse en estrella sin la ayuda de los medios electrónicos y -hay que decirlo- sus acuerdos con RCA Victor. La radio de los 70 estaba controlada por tres estaciones donde la música de Juan Gabriel se incorporó y abrió brecha a otros cantantes. Radio Variedades competía con Radio Mil mientras que la XEW atesoraba sus mejores momentos de radio en vivo. Te puede interesar: Me disculpo por lo inoportuno, no por el texto de Juanga: Nicolás Alvarado Por el otro lado, La Pantera competía con Radio Capital en los géneros de pop y rock en inglés, sin los apoyos que los cantantes de pop tenían. Era inicios de los 70, cuando la juventud era un riesgo para los políticos y Avandaro era esa señal de alerta hacia la energía que podría, buen encauzada, acabar con el autoritarismo de la época. De la misma forma, la televisión iba a un periodo de transformación donde la figura de Juan Gabriel tenía todo tanto para la competencia del momento como para aglutinar masas ante su peculiar personalidad. El canal 8 de Televisión Independiente de México había contratado a Raúl Velasco para crear un programa similar a lo que realizaba Ed Sullivan en los Estados Unidos. Domingos Espectaculares -de la mano de Luis de Llano Palmer- daba dolores de cabeza a Televistema Mexicano. No obstante, cuando en el 73 se fusionaron para crear Televisa, Velasco y su constelación de estrellas -habidas y por haber- lograron crear el ambiente propicio para controlar el dial televisivo y hasta del cuadrante: artista que salía en Siempre en Domingo era la estrella. Te recomendamos: Jabones, juegos de computadora, restaurantes… éstos son los negocios de Juan Gabriel Por ello, Juan Gabriel era privilegiado. Usaba y se dejaba usar por la maquinaria. Festejaba y se presentaba en el espacio de Velasco y, también, en el de Zabludovsky -aunque en éste con menos frecuencia-, homenajeaba a María Félix y soportaba su desdén, intentaba con ello saltar de los problemas de disquera para obtener un poder de estrella inalcanzable. Los puntos de quiebre de la relación de Juan Gabriel con Televisa llegaron pronto. Velasco ayudó a catapultar el disco “Recuerdos 2” con el video de Querida en simple hechura, pero con poderosos mensajes a partir de la imagen de Aguilera en suéter escarlata entre veladoras. Para mediados de los 80, se convirtió en el retrato de una generación sobre el ídolo. Aguilera regresó en ocasiones esporádicas a los estudios de televisión. Asistió al maratónico programa de Verónica Castro en septiembre de 1988 donde cantó hasta el amanecer, se presentó en ese experimento que era el Festival Acapulco donde osó interpretar canciones de más de cuatro minutos y daba algunas entrevistas a Patricia Chapoy. Puede leer: Ciudad Juárez será la ‘ultima morada’ de Juan Gabriel; convertirán su casa en un museo Sin embargo, los problemas con su disquera afectaron notablemente su periodicidad. De la misma forma, el cambio de formato de las estaciones en FM no fueron benéficos para él como en la década anterior. Con la salida del aire de Siempre en Domingo, las apariciones del Divo de Juárez fueron cada día más esporádicas. La nueva Televisa prefirió relegarlo a Teletones y homenajes de sus ídolos del pasado. De hecho, la nueva Televisa se deshizo de la música y de los ídolos creados por Raúl Velasco. El resultado es patente: Juan Gabriel terminó como una estrella de la competencia hasta el día de su muerte.   *Gonzalo Oliveros es uno de los locutores mexicanos más influyentes. Es coordinador de RMX.  Twitter: @goliveros

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