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Para Lula Da Silva, la suspensión y juicio político contra Dilma Rousseff es un intento para eliminar cualquier posibilidad de que regrese a la presidencia de Brasil en 2018. “En este momento histórico, lo que existe es un intento de criminalizar al Partido de los Trabajadores, de eliminar a Dilma y evitar cualquier posibilidad de que Lula vuelva como candidato presidencial en este país”, afirmó el ex mandatario en una entrevista con The Intercept, portal fundado por el periodista inglés Gleen Greenwald. En marzo, Lula Da Silva fue detenido e interrogado por la policía federal de  Brasil argumentando que poseía pruebas de que él recibió beneficios ilícitos por sobornos de Petrobras en la forma de pagos y propiedades de lujo. Tras ser liberado, Rousseff convirtió a Da Silva en  ministro de la Casa Civil, equivalente al primer ministro en otros países, con el fin de darle inmunidad ante posibles ataques orquestados por la oposición. Pero la inmunidad terminó la madrugada del 12 de mayo cuando el Senado brasileño suspendió a la mandataria, quien en consecuencia destituyó a todos los ministros de  su gobierno, con excepción del gobernador del banco central. El ex mandatario advirtió que el proceso contra Rousseff y la desacreditación del Partido de los Trabajadores (PT) se trata de un golpe de Estado, aunque provenga de un tribunal. Da Silva lo explicó de la siguiente manera: “Es un golpe de Estado ya que mientras la Constitución brasileña permite un juicio político, es necesario que la persona haya cometido lo que llamamos crimen mayor o delitos menores. Y la presidenta Dilma no cometió un crimen mayor o un delito menor. Por lo tanto, lo que está ocurriendo es un intento por parte de algunos de tomar el poder por faltar el respeto al voto popular”. La acusación contra Rousseff es una incorrección presupuestria, no un delito, detalló Da Silva,  pues su presupuesto no ha sido revisado por el Congreso Nacional. Además, Dilma está siendo juzgada por personas que han sido acusadas de crímenes, dijo el brasileño en referencia a Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados, quien, de acuerdo con Greenwald, tiene evidencia abrumadora en su contra por corrupción sobre cuentas bancarias en Suiza.   La tormenta económica en Brasil, según Da Silva Desde la crisis de 2009, Europa y Estados Unidos han mitigado la crisis gracias a que recortaron el gasto, pero para Da Silva esa es la fuerza capaz de aumentar la producción de un país. Entre 2011 y 2014, el gobierno brasileño aplicó una política de recortes de impuestos y recortes, dedicó cerca de  141,000 mdd para impulsar el crecimiento económico. Esto condujo a una tasa de desempleo muy baja en diciembre de 2014 (4.3%). Sin embargo, el gobierno de Dilma pasó por alto que los recortes de impuestos disminuyeron sus ingresos y vaciaron sus arcas. Luego de reelegirse, Rousseff prometió un reajuste fiscal y comenzó a cambiar algunas cosas pequeñas en relación con los derechos de los trabajadores, que pusieron en su contra al electorado sin que se haya podido recuperar. “El gobierno no puede seguir otro año hablando de recortes. Lo que tenemos que discutir es el crecimiento. Vamos a hablar de inversión. Si no hay ningún presupuesto público disponible, tenemos que encontrar el financiamiento”. Da Silva recomienda buscar socios, pues Brasil necesita desarrollar proyectos estratégicos con otros países. Mientras el nuevo presidente Michel Temer es visto por el sector empresarial con más entusiasmo,  lo que preocupa a Da Silva es que hay otra tesis en el juego, que trata de la teoría de control sobre los hechos. “Existe la idea de que primero se detecta a un criminal, luego se “etiqueta” a alguien como criminal y luego se busca un crimen para imputarle. Digo esto porque todos los días a alguien se le ocurre decir: “¡Ellos quieren atrapar a Lula! ¡Es Lula a quien quieren atrapar!” Y he estado diciendo esto todos los días”. Greenwald argumentó que quienes hacen eso es porque creen que Da Silva va de nuevo por la presidencia y preguntó al ex mandatario si era verdad. “No sé. Si esa es la razón, es una tontería”, respondió.

 

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