Por Lauren Gensler A pesar de sus humildes inicios en Carolina del Norte, Krispy Kreme ha apostado en grande a la expansión internacional en los últimos años, con casi tres cuartas partes de sus 1,100 tiendas de donas ubicadas actualmente en el extranjero. Sin embargo, con la caída de los precios del petróleo causando estragos en todo el mundo, hay algunos lugares donde es probable que desee no haber abierto una tienda nunca. A principios de 2015, Krispy Kreme tenía una presencia en varios países exportadores de petróleo, entre ellos Arabia Saudita (105 tiendas), México (136), Emiratos Árabes Unidos (19), Kuwait (14) y Rusia ( 12). Estos países tienen problemas para recuperarse del petróleo barato, ahora que se ha secado una fuente de ingresos descomunal se ha secado. En lugares como Rusia, la moneda se ha devaluado considerablemente y la inflación ha florecido, disparando el precio de los bienes. “Obviamente existen franquiciados en las zonas más afectadas por la caída de los precios del petróleo”, dijo el director financiero de la Krispy Kreme, Price Cooper, en una llamada reciente con analistas e inversionistas. Aun así, Krispy Kreme no está poniendo el pie en el acelerador cuando se trata de la apertura de nuevos destinos internacionales. La compañía tiene previsto abrir entre 120 y 140 nuevas tiendas en el extranjero en este año fiscal. En Rusia quiere abrir otras tres docenas de puntos de venta para 2019. Durante su último trimestre, las ventas en mismas tiendas de franquicias fuera de EU disminuyeron 7.1%, y Krispy Kreme piensa que la razón es la misma. “En general, esperamos que el negocio internacional continuará entregando cifras de ventas negativas”, dijo Cooper. Además de petróleo barato, la fortaleza del dólar ha sido una amenaza para Krispy Kreme. Una vez convertidos a dólares estadounidenses, los ingresos de la compañía de sus franquiciados internacionales cayó 3.4%, a 7.4 mdd, durante su último trimestre. Buscar el crecimiento en el extranjero es una estrategia relativamente nueva para la empresa. Krispy Kreme abrió sus puertas en 1937, pero no se volvió internacional hasta 2001, un año después de su oferta pública inicial. A pesar de su gigantesca huella en el extranjero, Krispy Kreme todavía hace la mayor parte de su dinero en Estados Unidos, en las tiendas de su propiedad y de las donas que vende en los supermercados y tiendas de conveniencia. En su último trimestre, los ingresos de Krispy Kreme ascendieron a 130.4 millones de dólares. El martes pasado, Krispy Kreme ofreció una decepcionante previsión para el año fiscal en curso, que proyecta ganancias ajustadas de 87 a 91 centavos por acción. Los analistas esperaban 93 centavos por acción. Las acciones de Krispy Kreme han caído 29% en los últimos 12 meses.

 

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