Por Oscar González Escárcega* Británico de nacimiento, James Asquith realizó sus primeros viajes al extranjero cuando tenía 18 años. Combinaba sus estudios de licenciatura en la London School of Economics con su ánimo por conocer el mundo; era el año 2007, y viajaba con sus dos mejores amigos sin saber que ya no pararía de hacerlo nunca más. De hecho, años atrás consiguió trabajo en un banco de inversión, al que renunció para poder seguir viajando. Su primer viaje “oficial” fue a Vietnam del Sur y el último que registró la organización Guinness fue a Micronesia, en 2013. Con este viaje obtuvo el récord de ser la persona menor de 25 años en visitar el mayor número de países: 196 en total. Con esa experiencia, escribió el libro “Braking Borders” (Rompiendo Fronteras), el cual se ha mantenido en el top 10 de los libros de viajes más vendidos en Amazon; con esa experiencia también fundó hace poco menos de dos años Holiday Swap, una aplicación de viajes cuyo principal atractivo es brindar hospedaje por sólo un dólar por cama en cualquier parte del mundo. James comenta que no tenía una intención clara de crear una aplicación así o de convertirse en un “instagramer” famoso, hasta que realizó un viaje a Cluj, Transilvania. Esa experiencia lo hizo reflexionar respecto a que lo más caro para los viajeros no era el avión o los traslados, sino el hospedaje. En 2018, James lanzó la primera versión en español de Holiday Swap en Latinoamérica y hoy busca incursionar en México de la mano de la firma de venture capital Bizrupt, creada, a decir de su socio fundador Adán Bernal, “por y para personas que buscan invertir en nuevas empresas de tecnología en sus primeras etapas”. Holiday Swap, con presencia en seis continentes, cuenta con más de 10,000 propiedades en 185 países; James llegó ante Bizrupt con las credenciales de tener 3,500 usuarios que bajan esta aplicación diariamente. Estima que a ese ritmo llegará a un millón de personas que la utilicen en 2020. La pregunta obligada para James fue sobre las diferencias entre Airbnb y Holiday Swap, que en apariencia ofrecerían prácticamente lo mismo: “la diferencia es sencilla pero muy grande en realidad. Además del costo, la diferencia estará al momento de realizar el alta y establecer el perfil y los sitios a dónde deseas viajar. Literalmente la Inteligencia Artificial de Holiday Swap busca lugares con la mayor compatibilidad entre usuarios”. De esta forma, asegura James, es posible llegar a hospedarte a una casa o departamento en donde el propietario coincida en gustos musicales, literarios, culturales, sociales, nivel educativo y hasta de horarios para comer o cenar. Adán Bernal, de Bizrupt, comentó que además de analizar todo lo relacionado con su viabilidad comercial y de negocio, puso atención en factores como el hecho de que México se ubica en el séptimo lugar en recepción de visitantes foráneos, de acuerdo con la Organización Mundial de Turismo (OMT). En 2018, visitaron México 41.4 millones de turistas. Adán y James se conocieron en Instagram. La primera coincidencia fue que a ambos les encantaba viajar por el mundo. James ya sabía que se trataba de un inversionista y Adán se comenzó a interesar en su trabajo. “James me mandó un inbox. Fue un poco extraño porque la mayoría de los mensajes que nos mandan emprendedores o inversionistas no les hacemos caso”. Lo que llamó la atención de Adán fue, además del negocio en sí, el conocimiento que James tenía sobre el tema y la precisión en los datos que le envió, tanto al principio de las pláticas como después, en el pitch deck. “Adicionalmente, y es algo que hemos platicado mucho al interior de Bizrupt, nos gustó su sencillez y humildad, y es que ahora todo el mundo, casi todos los emprendedores, te dicen que tienen la super idea para volvernos millonarios; a nosotros nos gustan mucho los founders humildes, no los  soberbios”. Además de todo ello y a pesar de que en un principio se creyó que Holiday Swap era solo para millennials, ahora los usuarios se reparten entre todas la generaciones que quieran viajar, desde baby boomers hasta Generación Z. “Al reducir costos en hospedaje, los viajeros de todas las edades y niveles socioeconómicos pueden invertir en vuelos a destinos quizá más lejanos y en experiencias de viaje, en lugar de un sitio para dormir”, consideró James Asquith. *El autor es periodista de negocios.

 

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