Hay que bajar las políticas públicas a la sociedad, y no sólo es trabajo de las autoridades, sino que es tiempo de que la ciudadanía empiece a conocer y absorber los impactos de estas reformas.     Escuchando algunos de los debates sobre las leyes secundarias de la reforma energética y de telecomunicaciones, queda claro que, aunque no queramos, México está aprendiendo nuevas formas de debatir y de legislar; esto, a pesar de que en algunos momentos el debate legislativo ha sido verdaderamente patético, lleno de palabrería y lugares comunes. Al final de la semana se escucharon algunos mejores debates en estaciones de radio y, en algunos casos, los que quedaron mal fueron algunos periodistas que, más que debate informativo de frente a la población, querían un insidioso debate escandaloso y partidista, formato que, al parecer, para bien del país va quedando atrás, y más porque aún no empieza de lleno el periodo electoral. Un aspecto interesante en estos debates de reformas es el hecho de que se estuvieron discutiendo los temas y las necesidades del mercado y el usuario. Dado que no se habían reformado temas tan trascendentales en el pasado, ahora las discusiones fueron en torno al usuario y sus necesidades, por lo que esto hizo que el debate fuera de aspectos económicos de oferta y demanda, tomando en cuenta las necesidades de usuarios, tecnologías y sobre todo las fuerzas de los mercados internacionales. Eso mejoro el debate y de plano eliminó a los que no entendían nada. ¿Será que esto ayudó a quitar la politiquería barata? Partidos de oposición hicieron propuestas interesantes y constructivas. Ahora viene la prueba de fuego: esta semana será el debate en el Pleno y ya se escuchan algunas voces de oposición al régimen bajo la vieja máxima de que no van a dejar pasar las reformas, cuando el concepto de mayoría simple implica que se requiere de un 50% + 1, y todas las iniciativas votadas en las comisiones han pasado por una mayoría mucho más alta que ésa –los dictámenes han sido votados aproximadamente 70% a favor y 30% en contra–. Ya veremos cómo se comportan los políticos. De todos modos, los cambios que se han generado con toda esta discusión empezarán a cambiar el perfil del país. Ahora tocará el tiempo de implementación de todas las reformas. Hay que bajar las políticas públicas a la sociedad, y no sólo es trabajo de las autoridades, sino que es tiempo de que los ciudadanos empiecen a conocer y absorber los impactos de estas reformas. La ciudadanía estará a prueba. Y como parte de esta visión, en que la ciudadanía se tiene que involucrar con las políticas públicas, durante esta semana tendré la oportunidad de visitar la ciudad de São Paulo para participar en el Taller de Políticas Públicas, que forma parte del proceso de Innovación Ciudadana articulado por el proyecto Ciudadanía 2.0 de la Secretaría Iberoamericana. En este Taller se generarán las propuestas de política pública para el impulso de innovación ciudadana, que serán presentadas a jefas y jefes de Estado y de Gobierno en la próxima Cumbre Iberoamericana a celebrarse en el puerto de Veracruz, en diciembre de este año.     Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @Marcovherrera     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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