Una de las notas que más resonancia han tenido en los últimos días en nuestro país es la solicitud formal de Estados Unidos para llevar a revisión las políticas energéticas nacionales que presuntamente serían contrarias al T-MEC. El Gobierno de Canadá también anunció que harán sus propias consultas sobre las acciones tomadas por México en el sector energético.
Para empezar, habrá que señalar que este hecho atiende el apartado dedicado a la Solución de Controversias contemplado en el propio texto del Tratado. En particular, al artículo 31.4 que establece que “Cualquier Parte podrá solicitar la realización de consultas…”.
Según este apartado del Tratado, los países tendrán hasta 75 días para solucionar la controversia, contados a partir del 20 de julio de 2022. Agotado este plazo y de no llegar a una solución “mutuamente satisfactoria”, una Parte podrá solicitar el establecimiento de un Panel que podría prolongarse entre seis y siete meses, aunque la idea es tratar de resolver este tema “en el menor tiempo posible”, según lo señaló Luz María de la Mora, subsecretaria de la Secretaría de Economía.
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No sorprende que los socios comerciales de México hayan iniciado un proceso de controversia por el tema energético. A lo largo de los cuatro años de mandato de López Obrador, desde el Poder Judicial se ha puesto en jaque las modificaciones a la Ley de la Industria Eléctrica y a la Ley de Hidrocarburos. A ellos se suma la llamada “primera gran derrota” del mandatario en abril de este año, al no lograr la mayoría calificada para aprobar la reforma eléctrica.
Al menos en los últimos 18 meses han sido públicas diversas señales por parte del gobierno norteamericano de que el tema energético podría activar los mecanismos previstos en el T-MEC.
En términos del calendario electoral, hay dos datos a destacar. En ocho meses EE. UU. celebrará las elecciones de medio término mientras que la política en México se ve cada vez más influida por los comicios de 2023. Sin embargo, a pesar de la cercanía de estos procesos en ambas naciones, la controversia comercial tiene un significado político diametralmente opuesto para cada país.
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El 8 de noviembre de 2022, EE. UU. celebrará elecciones para renovar un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes, de ahí que el presidente Joe Biden se estará jugando el apoyo legislativo hacia el segundo término de su mandato. La inflación, así como los efectos del COVID-19 son algunos de los factores críticos para los resultados de esta elección, de entre los cuales, la controversia comercial en el marco del T-MEC no figura en la agenda político-electoral de republicanos y demócratas. Si, acaso, México podría ser parte de la discusión en términos del asunto migratorio.
Contrario a la óptica estrictamente comercial de este desencuentro para el gobierno norteamericano, en México este asunto tiene desde ya una lectura política. En el marco de esta controversia, líderes del PRI, PAN y PRD, así como la Coparmex aprovecharon el tema para manifestar sus críticas a las políticas energéticas del gobierno de López Obrador.
Pocos incentivos tiene el presidente para cambiar su discurso de fortalecimiento de las empresas estatales de CFE y Pemex, incluso podría avivar el apoyo popular hacia esa bandera. A la vuelta de las elecciones del Estado de México y Coahuila, es de esperar que la narrativa de autosuficiencia energética será privilegiada por Morena mientras que la oposición utilice el tema para denostar las decisiones del presidente.
Contacto:
Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford y Licenciada en Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales, por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Twitter: @palmiratapia
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