Por Nuria Marín Reventos* Jack Welch, CEO del grupo General Electric (GE) de 1981 a 2001, decía: “Cambia antes de que tengas que hacerlo”. Este líder, catalogado como uno de los mejores CEO del siglo XX, aunque controversial, logró aumentar el valor de la empresa en la bolsa de valores de 14,000 a 410,000 millones de dólares. Este sería uno de los grandes momentos de GE, cuyos albores datan de la fusión ideada por J.P. Morgan en 1892 entre dos innovadoras empresas: la Edison General Electric Co., creada por Thomas Alva Edison, con la de Thomson-Houston Electric de Massachusetts. Desde entonces se generaría una historia de éxitos, innovación y reclutamiento de los mejores, como lo demuestra un caso de estudio en la Escuela de Negocios de Harvard, que llevaría a GE de los capos de la energía y la iluminación a ser pionera en medicina (tomógrafos y escáneres PET), plásticos (policarbonato), telecomunicaciones, e ingresar en la industria aeroespacial (piloto automático, colaboración con la NASA), entre otros. Por su compromiso con la creación de tecnologías energéticas limpias recibió un galardón otorgado por el Cleantech Group, por su proyecto Desafío de Ecomaginación, un concurso de innovación desarrollado en línea. Su desempeño innovador hizo posible tener en su nómina dos Premios Nobel, en los años 1932 (Irving Langmuir, Química) y 1973 (Ivar Giaever, Física), y la colaboración de otros gracias a la comprometida inversión de billones de dólares en investigación anualmente. Producto de ello fue la primera empresa estadounidense con 50,000 patentes inscritas. Para finales de la década de los 90, GE era la compañía más valiosa del mundo, empero luego de la última crisis del 2007-2008 sufrió varios traspiés. Como resultado no es ni siquiera el grupo industrial de mayor valor de Estados Unidos, al ser superado por Boeing, una dura realidad para la empresa, pero también un simbólico mensaje de los cambios en la industria manufacturera. Sus acciones cayeron de 38.75 dólares en septiembre de 2007 a 13.74 en junio de 2018. Esta baja ha sido una de las razones por las que el 26 de junio, la única sobreviviente desde la fundación del indicador Dow Jones, en 1896, fue sustituida por la cadena de farmacias Walgreens. Según los gestores del índice, su remoción es producto del cambio en la economía, donde las compañías de consumo, finanzas, salud y tecnológicas son más prominentes que las industriales. En el pasado, esta decisión hubiera podido significar un golpe a la sobrevivencia de la empresa, pero en la actualidad, si bien es un revés al prestigio, para los inversionistas sofisticados el Dow Jones ha perdido importancia por representar tan sólo 30 empresas, pues tienen otro índice disponible, como el S&P que reúne a 500, lo que le da más representatividad. Al Dow Jones también se le ha criticado por evaluar a las compañías por el valor de las acciones sin tomar en cuenta el valor de capitalización, ni incluir empresas como Facebook, Amazon, Netflix o Google un mercado en rápido crecimiento conocido como las FAANGS. ¿Necesitará el Dow Jones Industrial Average (DJI) remozarse también? ¿Cuál será el destino de GE? Su historia demuestra su fidelidad a la filosofía de innovación y adaptación, dos características siempre ganadoras, pero en el contexto de la Cuarta Revolución Industrial, entre otras por su gran velocidad, alcance e impacto en los sistemas, todavía es más pertinente. La empresa está simplificando su operación para concentrarse en tres áreas: salud, aviación y energía. En su proceso de transición deberá recordar las sabias palabras de uno de sus precursores, el propio Edison: “Las personas [en este caso las empresas] no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito.” Si tuviera que especular, pensaría que lo más probable es que GE remontará cual ave fénix y puede ser que en unos años quien hoy opera de verdugo, el DJI, no exista o sea irrelevante. Así de cruda es la realidad darwiniana en que vivimos, en la que es necesario adaptarse para poder sobrevivir. *Empresaria y analista.   Contacto: Twitter: @nuria_marinr Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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