Reuters.- El presidente francés, Emmanuel Macron, organiza una cumbre el jueves y el viernes en París para fijar una hoja de ruta que alivie la carga de deuda de los países de renta baja, así como para liberar más fondos para la financiación de la lucha contra el cambio climático.

La cumbre reúne a decenas de líderes mundiales en la capital francesa para forjar un consenso de alto nivel sobre cómo hacer avanzar una serie de iniciativas que actualmente encuentra resistencia en organismos como el G20, el FMI-Banco Mundial y las Naciones Unidas.

Desde el alivio de la deuda hasta la financiación de la lucha contra el cambio climático, muchos de los temas del orden del día recogen las sugerencias de un grupo de países en desarrollo, liderado por la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, bautizado como “Iniciativa de Bridgetown”.

“Estamos avanzando hacia un mundo -yo lo llamaría el sistema de financiación de Bridgetown- que reconoce que tenemos que aumentar masivamente el sector público y centrarlo en el desarrollo de la resiliencia y la adaptación, porque es difícil financiarlo de otra manera”, declaró Avinash Persaud, enviado especial de Mottley para la financiación de la lucha contra el cambio climático.

Aunque no se esperan decisiones vinculantes, los representantes que participan en la planificación de la cumbre afirmaron que deberían establecerse algunos compromisos firmes sobre la financiación de los países pobres.

Casi ochenta años después de que el Acuerdo de Bretton Woods creara el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), los líderes pretenden obtener más financiación de los bancos multilaterales para los países que más la necesitan.

En concreto, se anunciará que se ha alcanzado un objetivo de 100,000 millones de dólares que se pondrán a disposición de los países vulnerables a través del Fondo Monetario Internacional, según diversas autoridades.

El plan, acordado por primera vez hace dos años en una cumbre financiera africana celebrada en París, insta a los Estados ricos a prestar al FMI los derechos especiales de giro no utilizados para, a su vez, prestarlos a los países pobres.

Los Estados también están estudiando la forma de permitir que el Banco Mundial utilice el apalancamiento para prestar más a los países pobres sin poner en riesgo su máxima calificación crediticia AAA.

“Queremos ir más lejos y deberíamos poder fijar objetivos para poner más dinero público sobre la mesa”, declaró una fuente de la presidencia francesa.

SUBIDAS DE TIPOS

La subida de los tipos de interés en todo el mundo ha hecho que un número creciente de países de renta baja dependan de la financiación del FMI, mientras que los más perjudicados -Etiopía, Ghana, Sri Lanka y Zambia- no han tenido más remedio que incurrir en impagos.

El “marco común” del G20 para la reestructuración de la deuda ha demostrado ser dolorosamente lento, y los dirigentes occidentales culpan a China -ahora uno de los principales acreedores tras años de grandes préstamos- de dar largas a la situación.

Una fuente cercana a las naciones acreedoras del Club de París dijo el lunes que los Estados a los que Zambia debe dinero pretenden hacer una propuesta de reestructuración de la deuda a tiempo para la cumbre, en lo que se considera un caso de prueba para el muy criticado marco de reestructuración del G20.

Además de las tensiones sobre los tipos de interés, los países en desarrollo y con mercados emergentes también están teniendo dificultades para conseguir el billón de dólares que, según los economistas, necesitan para 2030 para financiar la reducción de las emisiones de carbono, aumentar la resistencia al cambio climático y hacer frente a los daños causados por este.

Persaud afirmó que también se espera apoyo para que el FMI y otros bancos multilaterales de desarrollo ofrezcan 100,000 millones de dólares en garantías de riesgo cambiario, para desbloquear la inversión privada en los países pobres para iniciativas climáticas y de desarrollo.

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Se espera que algunos líderes presten su apoyo a las propuestas, estancadas desde hace tiempo, de imponer un gravamen a las emisiones del sector del transporte marítimo antes de la reunión del mes que viene de la Organización Marítima Internacional.

También se espera que se hagan llamamientos en favor de la inclusión de cláusulas de riesgo ante catástrofes en los acuerdos de préstamo, que permiten a un país suspender los pagos en caso de catástrofe.

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