Notimex.- Los políticos pueden resolver el calentamiento global, pero en una democracia sólo podrán hacerlo si suficientes personas votan por ellos. Sin embargo, en la realidad, únicamente los candidatos que enarbolan programas populares obtienen el poder. Estas son las conclusiones a las que llegó un foro de discusión en Climate Science (@ClimateScienceEducation), en el cual se estableció que “las políticas de cambio climático son sencillas; simplemente, no se han instrumentado todavía”. En la discusión se menciona que “si bien las democracias tienen claras ventajas y se lucha por ellas en muchos países, enfrentan una gran desventaja: la dificultad para implementar políticas a largo plazo”. Para ejemplificarlo, simularon un “enfrentamiento” de dos candidatos (A y B): El candidato A prometió lo habitual: mejor atención médica, impuestos más bajos para los pobres y la clase media, más y mejores empleos, etcétera. El candidato B propuso solucionar el cambio climático mediante la introducción de un impuesto al carbono, financiar más la investigación científica, impulsar el secuestro de carbono y hacer ilegal la caza, así como la carne de res. El problema, concluyó el foro, es que la mayoría de la gente quiere cosas buenas de forma inmediata, a corto plazo, por lo que el candidato B tendrá dificultades para ganar en una democracia. Los participantes del foro señalaron que debe pensarse en la democracia como en la “supervivencia del más apto”, como la evolución en la naturaleza. Los antílopes que no corren rápido son comidos por los leones, mientras los rápidos sobreviven. Desafortunadamente, las soluciones al cambio climático implican un consumo reducido y modificado (incluidos vuelos, carne de res, manejo, etc.), así como un alto e inevitable impuesto al carbono. Si bien reconocen que algunos países ya han instrumentado algunos impuestos al carbono e invertido en energías renovables, todavía se espera una disminución en el consumo y políticas de carbono más estrictas en todo el mundo. A ello, coinciden, hay que agregar otros problemas, como la corrupción, el financiamiento de campañas por empresarios u otros interesados en la política, y las elecciones manipuladas. La conclusión del foro es que “sí, los políticos sí pueden resolver el calentamiento global”, pero hay que considerar que “en una democracia sólo podrán hacerlo si suficientes personas votan por ellos”. Las políticas de cambio climático son sencillas, simplemente no se han implementado todavía porque ningún político ha alcanzado el poder mediante las prácticas democráticas, señalaron los participantes.

 

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