Por: Iván Canales

Para mí y para muchas personas, junio es un mes de emociones encontradas, gratitud, y orgullo principalmente. Pero para muchos aún representa el recordatorio de un gran desafío que, aunque se hace más visible durante este mes, es urgente atender todo el año para transformar el futuro de México.  

Cuando comencé mi carrera siempre traté abiertamente mi orientación. Lo hice con la intención de presentar al mundo un aspecto relevante de mi persona, pero nunca como esa arista que definiera la totalidad de lo que soy. Si bien actualmente algunas personas en México y el mundo tienen la suerte de tener una vida tranquila perteneciendo a la comunidad LGBTTTIQ+, para muchas es mucho más difícil, simplemente por ser parte de este colectivo. 

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Todos deberíamos ser vistos como personas que representan el factor humano en sus diversas expresiones, cuya identidad no puede ser reducida solo a su orientación. Para muchos sectores y organizaciones la orientación o identidad sexual aún no es considerada como un aspecto más de la persona, sino como una amenaza para concretar, o dejar de concretar, una relación laboral, comercial o hasta social. Desgraciadamente, esa forma de discriminación se materializa en un silencioso agente que detiene la transformación, no solo del sector empresarial, sino del país entero. 

Hoy la conversación en torno a la discriminación se debe centrar en los derechos. La injusticia que hace que un grupo de la población tenga menos derechos que otro simplemente por las características que lo hacen único es algo contra lo que tenemos que luchar permanentemente si queremos conservar una condición humana real, no importando si hablamos de género, contexto social o económico, religión, raza u orientación. 

Ahora bien, un tema que es menos discutido pero también relevante y paralelo: el costo que estas conductas tienen para una sociedad en su conjunto y para cualquier industria activa.La integración de la diversidad hoy es un ejercicio crítico para el desarrollo tanto social como económico, porque crecer y desarrollarnos como país tiene como prerrequisito darnos cuenta de que en la diversidad yace una fuente de riqueza humana, intelectual y técnica potencialmente infinita. Sin la diversidad, siempre lograremos menos que con ella. 

La no inclusión conlleva un lastre industrial y económico desde hace décadas, generando, por ejemplo, fenómenos como la fuga de cerebros, una categoría de infortunio a la que pertenecen más de medio millón de profesionistas mexicanos, según datos publicados en 2018 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Secretaría de Educación Pública. La migración calificada solo es solo la punta del iceberg del daño que la sociedad puede llegar a infligirse, y la realidad es que a la larga nos cuesta a todos. 

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Son acciones simples las que pueden cambiar esta realidad de un momento a otro. El gran poder que actualmente tenemos como sociedad reside en concretar la transformación de paradigmas añejos sobre nuestras interacciones sociales, laborales y comerciales con la comunidad LGBTTTIQ+. Decisiones tan sencillas como concretar una compra en un negocio rosa o priorizar las capacidades y habilidades sobre cualquier identidad al realizar una contratación, podrían significar un cambio sustancial con efecto dominó en la vida de cientos de miles de personas. 

Sólo saldremos adelante del enorme desafío que enfrentamos si como sociedad reconocemos el valor inherente de cada persona y todos los días luchamos para que las cosas estén un poco mejor. Esto pasa por comprender que la discriminación tiene un efecto y quienes la ejercen, se dañan a sí mismas. 

La inclusión es clave en el desarrollo de México. Como pretexto de este mes del orgullo, nos invito a que nos preguntemos: ¿Qué podemos hacer desde nuestras posiciones para hacer de la transformación una realidad palpable?

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Contacto:

Iván Canales, Country Operating Officer de Nu México

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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