Chicago fue la primera ciudad estadounidense donde se dispararon las alertas. Adictos a la heroína morían de sobredosis fulminantes y las cifras crecían de manera inédita. Era el verano de 2005 y la morgue del condado de Cook —según las crónicas periodísticas— contaba 152 cadáveres con la misma causa: paro cardíaco súbito por abuso de estupefacientes.

La causante era la combinación con un poderoso químico llamado fentanilo, un opioide sintético similar a la morfina, pero 50 o 100 veces más potente, que mezclado con otras drogas potencia su efecto y eleva la posibilidad de una sobredosis, pero también las ganancias de los grupos criminales.

Hoy, esta droga sintética producida mayoritariamente en China, formó parte sustancial de la agenda de la Cumbre Trilateral de Líderes de América del Norte entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador, Joe Biden y el premier Justin Trudeau. Está convertida en la principal causa de muerte para los adictos de Estados Unidos.

Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) el fentanilo es responsable del 66% de muertes por sobredosis. Los fallecimientos pasaron de 58 mil en 2020 a 71 mil 200 un año después.

Además, significó una transformación de los cárteles de las drogas. Comparado con la mariguana o la cocaína, es más barato de elaborar, no requiere grandes espacios ni mucha mano de obra, solo de precursores químicos.

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De acuerdo con el Departamento de Justicia estadounidense, producir un kilo cuesta, en promedio, cerca de 32 mil dólares, y permite producir un millón de dosis, que llegan a valer alrededor de 20 millones de dólares.

Matemática simple para entender el interés de los grupos criminales por controlar el mercado, y la relevancia de la detención —reconocida por el gobierno de EU como un logro del mexicano— de Ovidio Guzmán, el hijo de Joaquín el Chapo Guzmán.

A diferencia de otras drogas que generalmente se mueven desde Colombia y pasan por Centroamérica y la frontera norte mexicana, el fentanilo tiene su punto de origen en unos 5 mil laboratorios ilegales que operan en China, de acuerdo con estimaciones del Departamento de Justicia. Y según la DEA llega por envíos de correo, en embarques vía área o en contenedores en barcos mercantes.

Un solo sobre con un kilo de fentanilo puede drogar a poblaciones enteras y dejar grandes ganancias a quien lo comercializa. Representa un cambio en el paradigma que ocupa la atención internacional.

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Contacto:

Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

TW: @guerrerochipres

www.consejociudadanomx.org

Twitter: @elconsejomx

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