La demanda interna superó la producción nacional de bienes y servicios. Esto sugiere que una brecha de producto negativa no debe ser asociada siempre a una debilidad de la demanda interna.   Durante el 2014, la economía mexicana enfrentó un exceso de demanda interna en un ambiente de políticas expansivas. Gracias al grado de apertura con el exterior, el exceso de demanda se acomodó más en importaciones y menos en inflación. Los datos del PIB confirman que a pesar de un desempeño económico por abajo del potencial, la demanda interna superó a la producción nacional de bienes y servicios. Esto sugiere que una brecha de producto negativa no debe ser siempre asociada a una debilidad de la demanda interna. La prolongación de las políticas expansivas en los últimos años ha generado un exceso de demanda interna en la economía, expresado en una absorción que no ha sido satisfecha totalmente por la producción nacional. De hecho, el exceso de demanda se amplió en el 2014, sobre todo a partir de mediados del año, cuando la política monetaria se volvió más expansiva al recortar la tasa de interés a 3%. A ello también contribuyó una política fiscal expansiva que llevó al déficit presupuestal a un 3.5% del PIB, desde un 2% en el 2013. Los datos de la demanda agregada real indican que la absorción interna (consumo más inversión total) inició una tendencia al alza desde finales del 2013, cuando el exceso de demanda pasó de un 0.4% del PIB hasta un 1.3% en el tercer trimestre del 2014 y terminar en 1% del PIB en el año. Al tener un exceso de liquidez en la economía y una apertura al exterior importante, el exceso de demanda interna encontró acomodo mayormente en las importaciones. A pesar de que no se presentó un desequilibrio externo real, ya que los ingresos petroleros ayudaron a las exportaciones, las importaciones aumentaron su participación en el PIB de 31.8% en el 2013 a 33% en el 2014. Así, los datos de las cuentas nacionales confirman la existencia de un exceso de demanda interna, lo cual no debería ser una sorpresa dadas las políticas fiscal y monetaria expansivas. Lo interesante de esto es la presencia de un exceso de demanda en una economía en que las estimaciones oficiales arrojan una brecha de producto negativa. La brecha negativa generalmente se asocia a una debilidad de la demanda o a una ausencia de presiones de demanda en la economía. Sin embargo, las cuentas nacionales indican lo contrario: una demanda interna por encima de la producción nacional. image001De esta forma, los datos duros de la economía mexicana demuestran que una economía que se desempeña por abajo de su potencial puede coexistir con un exceso de demanda, sobre todo cuando la persistente expansión fiscal y monetaria se acomodan más en importaciones que en inflación. Es decir, crecer por abajo del potencial no necesariamente implica depresión de la demanda interna o ausencia de presiones de demanda, por lo que la estimación de una brecha de producto negativa puede llevar a decisiones monetarias incorrectas.   Nota: Las ideas expresadas son de la exclusiva responsabilidad del autor y bajo ninguna circunstancia deben ser atribuidas a la institución para la que trabaja.   Contacto: Twitter: @AlfredoCoutino Página web: Alfredo Coutino   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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